Pascua: Promesa De Perdón—10 Meditaciones De Nuestro Pan DiarioMuestra

Bendito arrepentimiento

… Quita toda iniquidad, y acéptanos bondadosamente… -Oseas 14:2 LBLA

«Quebrado» era el apodo de Gerardo, e incluso lo había grabado en la matrícula de su coche. Aunque no tenía un sentido espiritual, el sobrenombre encajaba con este apostador, adúltero y engañador de mediana edad. Estaba quebrado emocional y financieramente, y lejos de Dios. Sin embargo, todo eso cambió una noche cuando el Espíritu de Dios lo convenció de pecado. Esa noche, confesó pecados que pensó que se llevaría a la tumba y aceptó el perdón de Jesús. Durante los 30 años siguientes, el hombre que no creía que llegaría a los 40 fue transformado y sirvió a Dios como un creyente en Jesús. Cambió sus matrículas de «Quebrado» a «Arrepentido».

Arrepentimiento. Eso fue lo que hizo Gerardo, y es lo que Dios llamó a Israel a hacer en Oseas 14:1-2 (rvc). «Israel, ¡vuélvete al Señor tu Dios! […] Vuélvete al Señor y, con las mejores palabras suplicantes, dile: “No te fijes en nuestra maldad; mira lo bueno en nosotros”». Grandes o pequeños, pocos o muchos, nuestros pecados nos separan de Dios. Pero la brecha se puede cerrar si nos volvemos de nuestro pecado a Él y recibimos el perdón que nos proveyó por su gracia mediante la muerte de Jesús. No importa si eres un creyente en Cristo con muchos problemas o si tu vida se parece a la de Gerardo, tu perdón está a una oración de distancia.

—Arthur Jackson

¿Qué pecados te separan de Dios? Si todavía no lo hiciste, ¿estás dispuesto a confesar tu necesidad de Él y a recibir el perdón que te proveyó a través de su Hijo Jesús?

Padre, límpiame, perdóname y utilízame para honrarte.