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Yo Me Cuido: 7 Días Para Una Renovación Integral De Tu Autoestima

21 Días De Oración Y Ayuno: Lectio Divina

21 DÍAS DE AYUNO

Año Nuevo, Misericordia Para Cada Día

Elevar: Subiendo Los Estándares De Las Conversaciones Sobre La Creación De Contenidos.

El Niño Que Regresó

"...Pero Dios Lo Encaminó a Bien": Pensamientos Acerca De La Soberanía De Dios.

Consejos del Apóstol Pablo para Año Nuevo

¡Año Nuevo! ¿Vida Nueva?

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="DAN.9">
 <div class="label">9</div><div class="s">Oraci&#243;n de Daniel por su pueblo</div><div class="p"> 1En el a&#241;o primero de Dar&#237;o hijo de Asuero, de la naci&#243;n de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, 2en el a&#241;o primero de su reinado, yo Daniel mir&#233; atentamente en los libros el n&#250;mero de los a&#241;os de que habl&#243; Jehov&#225; al profeta Jerem&#237;as, que hab&#237;an de cumplirse las desolaciones de Jerusal&#233;n en setenta a&#241;os.#Jer. 25.11; 29.10.</div><div class="p"> 3Y volv&#237; mi rostro a Dios el Se&#241;or, busc&#225;ndole en oraci&#243;n y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. 4Y or&#233; a Jehov&#225; mi Dios e hice confesi&#243;n diciendo: Ahora, Se&#241;or, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; 5hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho imp&#237;amente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. 6No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros pr&#237;ncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. 7Tuya es, Se&#241;or, la justicia, y nuestra la confusi&#243;n de rostro, como en el d&#237;a de hoy lleva todo hombre de Jud&#225;, los moradores de Jerusal&#233;n, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebeli&#243;n con que se rebelaron contra ti. 8Oh Jehov&#225;, nuestra es la confusi&#243;n de rostro, de nuestros reyes, de nuestros pr&#237;ncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos. 9De Jehov&#225; nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra &#233;l nos hemos rebelado, 10y no obedecimos a la voz de Jehov&#225; nuestro Dios, para andar en sus leyes que &#233;l puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas. 11Todo Israel traspas&#243; tu ley apart&#225;ndose para no obedecer tu voz; por lo cual ha ca&#237;do sobre nosotros la maldici&#243;n y el juramento que est&#225; escrito en la ley de Mois&#233;s, siervo de Dios; porque contra &#233;l pecamos. 12Y &#233;l ha cumplido la palabra que habl&#243; contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusal&#233;n. 13Conforme est&#225; escrito en la ley de Mois&#233;s, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehov&#225; nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad. 14Por tanto, Jehov&#225; vel&#243; sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehov&#225; nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz. 15Ahora pues, Se&#241;or Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho imp&#237;amente. 16Oh Se&#241;or, conforme a todos tus actos de justicia, ap&#225;rtese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusal&#233;n, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusal&#233;n y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro. 17Ahora pues, Dios nuestro, oye la oraci&#243;n de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Se&#241;or. 18Inclina, oh Dios m&#237;o, tu o&#237;do, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. 19Oye, Se&#241;or; oh Se&#241;or, perdona; presta o&#237;do, Se&#241;or, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios m&#237;o; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.</div><div class="s">Profec&#237;a de las setenta semanas</div><div class="p"> 20A&#250;n estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehov&#225; mi Dios por el monte santo de mi Dios; 21a&#250;n estaba hablando en oraci&#243;n, cuando el var&#243;n Gabriel,#Lc. 1.19,26. a quien hab&#237;a visto en la visi&#243;n al principio, volando con presteza, vino a m&#237; como a la hora del sacrificio de la tarde. 22Y me hizo entender, y habl&#243; conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabidur&#237;a y entendimiento. 23Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para ense&#241;&#225;rtela, porque t&#250; eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visi&#243;n.</div><div class="p"> 24Setenta semanas est&#225;n determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricaci&#243;n, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visi&#243;n y la profec&#237;a, y ungir al Santo de los santos. 25Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusal&#233;n hasta el Mes&#237;as Pr&#237;ncipe, habr&#225; siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volver&#225; a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26Y despu&#233;s de las sesenta y dos semanas se quitar&#225; la vida al Mes&#237;as, mas no por s&#237;; y el pueblo de un pr&#237;ncipe que ha de venir destruir&#225; la ciudad y el santuario; y su fin ser&#225; con inundaci&#243;n, y hasta el fin de la guerra durar&#225;n las devastaciones. 27Y por otra semana confirmar&#225; el pacto con muchos; a la mitad de la semana har&#225; cesar el sacrificio y la ofrenda. Despu&#233;s con la muchedumbre de las abominaciones vendr&#225; el desolador,#Dn. 11.31; 12.11; Mt. 24.15; Mr. 13.14. hasta que venga la consumaci&#243;n, y lo que est&#225; determinado se derrame sobre el desolador.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch10" data-usfm="DAN.10">
 <div class="label">10</div><div class="s">Visi&#243;n de Daniel junto al r&#237;o</div><div class="p"> 1En el a&#241;o tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el conflicto grande; pero &#233;l comprendi&#243; la palabra, y tuvo inteligencia en la visi&#243;n.</div><div class="p"> 2En aquellos d&#237;as yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. 3No com&#237; manjar delicado, ni entr&#243; en mi boca carne ni vino, ni me ung&#237; con ung&#252;ento, hasta que se cumplieron las tres semanas. 4Y el d&#237;a veinticuatro del mes primero estaba yo a la orilla del gran r&#237;o Hidekel. 5Y alc&#233; mis ojos y mir&#233;, y he aqu&#237; un var&#243;n vestido de lino,#Ap. 1.13-15; 19.12. y ce&#241;idos sus lomos de oro de Ufaz. 6Su cuerpo era como de berilo, y su rostro parec&#237;a un rel&#225;mpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bru&#241;ido, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. 7Y s&#243;lo yo, Daniel, vi aquella visi&#243;n, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoder&#243; de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron. 8Qued&#233;, pues, yo solo, y vi esta gran visi&#243;n, y no qued&#243; fuerza en m&#237;, antes mi fuerza se cambi&#243; en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. 9Pero o&#237; el sonido de sus palabras; y al o&#237;r el sonido de sus palabras, ca&#237; sobre mi rostro en un profundo sue&#241;o, con mi rostro en tierra.</div><div class="p"> 10Y he aqu&#237; una mano me toc&#243;, e hizo que me pusiese sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. 11Y me dijo: Daniel, var&#243;n muy amado, est&#225; atento a las palabras que te hablar&#233;, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando. 12Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer d&#237;a que dispusiste tu coraz&#243;n a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron o&#237;das tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. 13Mas el pr&#237;ncipe del reino de Persia se me opuso durante veinti&#250;n d&#237;as; pero he aqu&#237; Miguel,#Ap. 12.7. uno de los principales pr&#237;ncipes, vino para ayudarme, y qued&#233; all&#237; con los reyes de Persia. 14He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros d&#237;as; porque la visi&#243;n es para esos d&#237;as.</div><div class="p"> 15Mientras me dec&#237;a estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido. 16Pero he aqu&#237;, uno con semejanza de hijo de hombre toc&#243; mis labios. Entonces abr&#237; mi boca y habl&#233;, y dije al que estaba delante de m&#237;: Se&#241;or m&#237;o, con la visi&#243;n me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza. 17&#191;C&#243;mo, pues, podr&#225; el siervo de mi se&#241;or hablar con mi se&#241;or? Porque al instante me falt&#243; la fuerza, y no me qued&#243; aliento.</div><div class="p"> 18Y aquel que ten&#237;a semejanza de hombre me toc&#243; otra vez, y me fortaleci&#243;, 19y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfu&#233;rzate y ali&#233;ntate. Y mientras &#233;l me hablaba, recobr&#233; las fuerzas, y dije: Hable mi se&#241;or, porque me has fortalecido. 20&#201;l me dijo: &#191;Sabes por qu&#233; he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el pr&#237;ncipe de Persia; y al terminar con &#233;l, el pr&#237;ncipe de Grecia vendr&#225;. 21Pero yo te declarar&#233; lo que est&#225; escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel#Ap. 12.7. vuestro pr&#237;ncipe.</div>
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 <div class="chapter ch11" data-usfm="DAN.11">
 <div class="label">11</div><div class="p"> 1Y yo mismo, en el a&#241;o primero de Dar&#237;o el medo, estuve para animarlo y fortalecerlo.</div><div class="s">Los reyes del norte y del sur</div><div class="p"> 2Y ahora yo te mostrar&#233; la verdad. He aqu&#237; que a&#250;n habr&#225; tres reyes en Persia, y el cuarto se har&#225; de grandes riquezas m&#225;s que todos ellos; y al hacerse fuerte con sus riquezas, levantar&#225; a todos contra el reino de Grecia. 3Se levantar&#225; luego un rey valiente, el cual dominar&#225; con gran poder y har&#225; su voluntad. 4Pero cuando se haya levantado, su reino ser&#225; quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos del cielo; no a sus descendientes, ni seg&#250;n el dominio con que &#233;l domin&#243;; porque su reino ser&#225; arrancado, y ser&#225; para otros fuera de ellos.</div><div class="p"> 5Y se har&#225; fuerte el rey del sur; mas uno de sus pr&#237;ncipes ser&#225; m&#225;s fuerte que &#233;l, y se har&#225; poderoso; su dominio ser&#225; grande. 6Al cabo de a&#241;os har&#225;n alianza, y la hija del rey del sur vendr&#225; al rey del norte para hacer la paz. Pero ella no podr&#225; retener la fuerza de su brazo, ni permanecer&#225; &#233;l, ni su brazo; porque ser&#225; entregada ella y los que la hab&#237;an tra&#237;do, asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel tiempo.</div><div class="p"> 7Pero un renuevo de sus ra&#237;ces se levantar&#225; sobre su trono, y vendr&#225; con ej&#233;rcito contra el rey del norte, y entrar&#225; en la fortaleza, y har&#225; en ellos a su arbitrio, y predominar&#225;. 8Y aun a los dioses de ellos, sus im&#225;genes fundidas y sus objetos preciosos de plata y de oro, llevar&#225; cautivos a Egipto; y por a&#241;os se mantendr&#225; &#233;l contra el rey del norte. 9As&#237; entrar&#225; en el reino el rey del sur, y volver&#225; a su tierra.</div><div class="p"> 10Mas los hijos de aquel se airar&#225;n, y reunir&#225;n multitud de grandes ej&#233;rcitos; y vendr&#225; apresuradamente e inundar&#225;, y pasar&#225; adelante; luego volver&#225; y llevar&#225; la guerra hasta su fortaleza. 11Por lo cual se enfurecer&#225; el rey del sur, y saldr&#225; y pelear&#225; contra el rey del norte; y pondr&#225; en campa&#241;a multitud grande, y toda aquella multitud ser&#225; entregada en su mano. 12Y al llevarse &#233;l la multitud, se elevar&#225; su coraz&#243;n, y derribar&#225; a muchos millares; mas no prevalecer&#225;. 13Y el rey del norte volver&#225; a poner en campa&#241;a una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos a&#241;os vendr&#225; apresuradamente con gran ej&#233;rcito y con muchas riquezas.</div><div class="p"> 14En aquellos tiempos se levantar&#225;n muchos contra el rey del sur; y hombres turbulentos de tu pueblo se levantar&#225;n para cumplir la visi&#243;n, pero ellos caer&#225;n. 15Vendr&#225;, pues, el rey del norte, y levantar&#225; baluartes, y tomar&#225; la ciudad fuerte; y las fuerzas del sur no podr&#225;n sostenerse, ni sus tropas escogidas, porque no habr&#225; fuerzas para resistir. 16Y el que vendr&#225; contra &#233;l har&#225; su voluntad, y no habr&#225; quien se le pueda enfrentar; y estar&#225; en la tierra gloriosa, la cual ser&#225; consumida en su poder. 17Afirmar&#225; luego su rostro para venir con el poder de todo su reino; y har&#225; con aquel convenios, y le dar&#225; una hija de mujeres para destruirle; pero no permanecer&#225;, ni tendr&#225; &#233;xito. 18Volver&#225; despu&#233;s su rostro a las costas, y tomar&#225; muchas; mas un pr&#237;ncipe har&#225; cesar su afrenta, y aun har&#225; volver sobre &#233;l su oprobio. 19Luego volver&#225; su rostro a las fortalezas de su tierra; mas tropezar&#225; y caer&#225;, y no ser&#225; hallado.</div><div class="p"> 20Y se levantar&#225; en su lugar uno que har&#225; pasar un cobrador de tributos por la gloria del reino; pero en pocos d&#237;as ser&#225; quebrantado, aunque no en ira, ni en batalla. 21Y le suceder&#225; en su lugar un hombre despreciable, al cual no dar&#225;n la honra del reino; pero vendr&#225; sin aviso y tomar&#225; el reino con halagos. 22Las fuerzas enemigas ser&#225;n barridas delante de &#233;l como con inundaci&#243;n de aguas; ser&#225;n del todo destruidos, junto con el pr&#237;ncipe del pacto. 23Y despu&#233;s del pacto con &#233;l, enga&#241;ar&#225; y subir&#225;, y saldr&#225; vencedor con poca gente. 24Estando la provincia en paz y en abundancia, entrar&#225; y har&#225; lo que no hicieron sus padres, ni los padres de sus padres; bot&#237;n, despojos y riquezas repartir&#225; a sus soldados, y contra las fortalezas formar&#225; sus designios; y esto por un tiempo. 25Y despertar&#225; sus fuerzas y su ardor contra el rey del sur con gran ej&#233;rcito; y el rey del sur se empe&#241;ar&#225; en la guerra con grande y muy fuerte ej&#233;rcito; mas no prevalecer&#225;, porque le har&#225;n traici&#243;n. 26Aun los que coman de sus manjares le quebrantar&#225;n; y su ej&#233;rcito ser&#225; destruido, y caer&#225;n muchos muertos. 27El coraz&#243;n de estos dos reyes ser&#225; para hacer mal, y en una misma mesa hablar&#225;n mentira; mas no servir&#225; de nada, porque el plazo a&#250;n no habr&#225; llegado. 28Y volver&#225; a su tierra con gran riqueza, y su coraz&#243;n ser&#225; contra el pacto santo; har&#225; su voluntad, y volver&#225; a su tierra.</div><div class="p"> 29Al tiempo se&#241;alado volver&#225; al sur; mas no ser&#225; la postrera venida como la primera. 30Porque vendr&#225;n contra &#233;l naves de Quitim, y &#233;l se contristar&#225;, y volver&#225;, y se enojar&#225; contra el pacto santo, y har&#225; seg&#250;n su voluntad; volver&#225;, pues, y se entender&#225; con los que abandonen el santo pacto. 31Y se levantar&#225;n de su parte tropas que profanar&#225;n el santuario y la fortaleza, y quitar&#225;n el continuo sacrificio, y pondr&#225;n la abominaci&#243;n desoladora.#Dn. 9.27; 12.11; Mt. 24.15; Mr. 13.14. 32Con lisonjas seducir&#225; a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios se esforzar&#225; y actuar&#225;. 33Y los sabios del pueblo instruir&#225;n a muchos; y por algunos d&#237;as caer&#225;n a espada y a fuego, en cautividad y despojo. 34Y en su ca&#237;da ser&#225;n ayudados de peque&#241;o socorro; y muchos se juntar&#225;n a ellos con lisonjas. 35Tambi&#233;n algunos de los sabios caer&#225;n para ser depurados y limpiados y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun para esto hay plazo.</div><div class="p"> 36Y el rey har&#225; su voluntad, y se ensoberbecer&#225;, y se engrandecer&#225; sobre todo dios;#2 Ts. 2.3-4. y contra el Dios de los dioses hablar&#225; maravillas,#Ap. 13.5-6. y prosperar&#225;, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplir&#225;. 37Del Dios de sus padres no har&#225; caso, ni del amor de las mujeres; ni respetar&#225; a dios alguno, porque sobre todo se engrandecer&#225;. 38Mas honrar&#225; en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus padres no conocieron; lo honrar&#225; con oro y plata, con piedras preciosas y con cosas de gran precio. 39Con un dios ajeno se har&#225; de las fortalezas m&#225;s inexpugnables, y colmar&#225; de honores a los que le reconozcan, y por precio repartir&#225; la tierra.</div><div class="p"> 40Pero al cabo del tiempo el rey del sur contender&#225; con &#233;l; y el rey del norte se levantar&#225; contra &#233;l como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrar&#225; por las tierras, e inundar&#225;, y pasar&#225;. 41Entrar&#225; a la tierra gloriosa, y muchas provincias caer&#225;n; mas estas escapar&#225;n de su mano: Edom y Moab, y la mayor&#237;a de los hijos de Am&#243;n. 42Extender&#225; su mano contra las tierras, y no escapar&#225; el pa&#237;s de Egipto. 43Y se apoderar&#225; de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiop&#237;a le seguir&#225;n. 44Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizar&#225;n, y saldr&#225; con gran ira para destruir y matar a muchos. 45Y plantar&#225; las tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y santo; mas llegar&#225; a su fin, y no tendr&#225; quien le ayude.</div>
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 <div class="chapter ch12" data-usfm="DAN.12">
 <div class="label">12</div><div class="s">El tiempo del fin</div><div class="p"> 1En aquel tiempo se levantar&#225; Miguel,#Ap. 12.7. el gran pr&#237;ncipe que est&#225; de parte de los hijos de tu pueblo; y ser&#225; tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;#Mt. 24.21; Mr. 13.19; Ap. 7.14; 12.7. pero en aquel tiempo ser&#225; libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. 2Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra ser&#225;n despertados, unos para vida eterna, y otros para verg&#252;enza y confusi&#243;n perpetua.#Mt. 25.46; Jn. 5.29. 3Los entendidos resplandecer&#225;n como el resplandor del firmamento; y los que ense&#241;an la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. 4Pero t&#250;, Daniel, cierra las palabras y sella el libro#Ap. 22.10. hasta el tiempo del fin. Muchos correr&#225;n de aqu&#237; para all&#225;, y la ciencia se aumentar&#225;.</div><div class="p"> 5Y yo Daniel mir&#233;, y he aqu&#237; otros dos que estaban en pie, el uno a este lado del r&#237;o, y el otro al otro lado del r&#237;o. 6Y dijo uno al var&#243;n vestido de lino, que estaba sobre las aguas del r&#237;o: &#191;Cu&#225;ndo ser&#225; el fin de estas maravillas? 7Y o&#237; al var&#243;n vestido de lino, que estaba sobre las aguas del r&#237;o, el cual alz&#243; su diestra y su siniestra al cielo, y jur&#243; por el que vive por los siglos,#Ap. 10.5. que ser&#225; por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo.#Ap. 12.14. Y cuando se acabe la dispersi&#243;n del poder del pueblo santo, todas estas cosas ser&#225;n cumplidas. 8Y yo o&#237;, mas no entend&#237;. Y dije: Se&#241;or m&#237;o, &#191;cu&#225;l ser&#225; el fin de estas cosas? 9&#201;l respondi&#243;: Anda, Daniel, pues estas palabras est&#225;n cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. 10Muchos ser&#225;n limpios, y emblanquecidos y purificados; los imp&#237;os proceder&#225;n imp&#237;amente,#Ap. 22.11. y ninguno de los imp&#237;os entender&#225;, pero los entendidos comprender&#225;n. 11Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominaci&#243;n desoladora,#Dn. 9.27; 11.31; Mt. 24.15; Mr. 13.14. habr&#225; mil doscientos noventa d&#237;as. 12Bienaventurado el que espere, y llegue a mil trescientos treinta y cinco d&#237;as. 13Y t&#250; ir&#225;s hasta el fin, y reposar&#225;s, y te levantar&#225;s para recibir tu heredad al fin de los d&#237;as.</div>
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