Viviendo PlenaMuestra

Un encuentro con situaciones fuera de mi control

¿Cómo puede una situación fuera de control llevarme a la plenitud? Aaah, gracias por preguntar :)

La mayoría de nosotras tenemos una fijación con el control. Tenemos el deseo de tener el control de las cosas, de poder asegurar ALGO en medio de tanta inseguridad. Si no estamos intentando controlar las acciones de nuestra pareja, estamos tratando de hacer que nuestros hijos hagan lo que queremos. Si eres soltera, posiblemente, estás ansiosa de saber qué día y a qué hora te encontrarás con el amor de tu vida.

Hay tantas maneras en que buscamos tener algún control, pero Dios en Su gracia nos presenta a todos con situaciones totalmente fuera de nuestro control, donde tenemos que aprender a soltar.

No es un acto muy natural para la mayoría; es algo que hacemos de manera intencional. Decir: “Dios, suelto el control de esta situación y me pongo en Tus manos, haz lo que quieras hacer en Tu tiempo, de Tu manera y conforme a Tu voluntad". Hasta Jesús, cuando oró en Getsemaní pidiendo que Dios deje pasar la copa, soltó el control de Su voluntad y la rindió al Padre; pero eso no ocurrió sin que sudara gotas de sangre.

La humanidad en nosotros busca aferrarse, pero la gracia de Dios nos da la invitación de soltarlo todo en Sus manos. Dios sabe lo que está haciendo. Él busca en nosotros esa confianza. Es el lugar dónde encontramos un estado de paz y plenitud que el mundo no nos puede quitar. Fuimos diseñados para confiar en nuestro Padre que tiene el control de todas las cosas.

Oremos:

Padre, quiero aprender a vivir confiada en Tus caminos. Hoy suelto el control de…y decido creer y confiar en que Tú harás en mi vida y en mi familia conforme a Tu perfecta voluntad. No depende de mi propia habilidad ni de mi capacidad. Dependo de Ti. Gracias por haber fijado Tus ojos en mí, por no haberme olvidado. Gracias porque mi causa está delante de Ti. Viviré confiada en Tu voluntad.