Amor, Lo Importante Del AsuntoMuestra

Decía Mahatma Gandhi que “donde hay amor hay vida”. Esta es, sin duda, una de las definiciones más sencillas y a la vez más poderosas y realistas sobre la dimensión del amor.

San Valentín o día de los enamorados es una celebración que se disfruta, celebra y pasa rápidamente. Las flores y los regalos alusivos a esta festividad son populares entre los consumidores, y los restaurantes también se benefician de la ocasión. Sin embargo, para algunas personas, el Día de San Valentín es solo otro día más en el calendario. Para los solteros, puede ser un día para reflexionar sobre su estado sentimental y desear encontrar amor en su vida.

Pero, ¿qué es lo realmente importante del asunto?, tendríamos que preguntarnos.

Al margen de que estés soltero o tengas una relación, lo importante del asunto, es precisamente lo que dijo Gandhi: “Donde hay amor, hay vida”. Y esto me recuerda una de las declaraciones más famosas de Jesús en el Evangelio de Juan, donde, el Señor se presenta a Sí mismo como el camino, la verdad, y la vida (Jn.14:6).

Lo cual indica que podemos celebrar San Valentín de una manera diferente.

Verás, si estás enamorado de Jesús; Él es tu San Valentín. Así que este día puedes invertir un tiempo significativo de la jornada para reflexionar sobre cuánto te ama Dios. Todavía puedes darle a tu esposa/so, novia/o, hijos y nietos alguna muestra de tu cariño, como flores, tarjetas o dulces. Pero, el regalo más significativo de San Valentín es hacerles saber a tus seres queridos, que los amas y decirles que Jesús los ama aún más de lo que tú podrías hacerlo.

"El amor de Dios es tan grande que nos dio a su Hijo único, para que cualquiera que crea en él no muera, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Este versículo es un recordatorio poderoso de que nuestra vida no se trata de lo que hacemos, sino de lo que somos gracias a Jesucristo. Nuestras carreras, trabajos y logros nunca podrán dar el mismo sentido de valor o satisfacción que el conocimiento de quiénes somos en Cristo. Nada de lo que podamos desear o lograr podrá definirnos o añadir más valor que el que ya tenemos en Cristo, gracias a Su amor y redención por nosotros, que nos dio vida a pesar de estar muertos en nuestros pecados.

El descubrimiento de la belleza de nuestro diseño original redimido en Cristo es lo que deberíamos celebrar en San Valentín como el significado del verdadero sentido del amor y la amistad.

¡Medita en esto!

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