Cuidado Con Esas VocesMuestra

“No te dejes confundir”

Si el Señor te dijo algo, Él no irá en contra de ello; no cambiará de parecer de un momento para otro ni pretenderá desviarte de lo que Él prometió iba a hacer contigo. Pongámosle lógica, Dios es perfecto, Él no se equivoca. Él no te va a prometer algo hoy y mañana te dice: “No, mejor voy a hacer otra cosa”. Por favor, estamos hablando del Dios perfecto, sabio, soberano e inmutable. Él es Espíritu, Él ES, Él es el GRAN YO SOY.

Dios no infundirá confusión a Sus hijos y menos irá en contra de Sus propósitos. Él confunde al enemigo, el que busca confundirnos todo el tiempo. Tenemos que estar muy despiertos y vigilantes para no dar lugar a sus maquinaciones, él busca hacernos caer todo el tiempo, él no descansa en pretendernos cansar para debilitarnos y hacer de las suyas con nosotros. Está en nosotros permitirlo o no; tenemos poder para poder vencerlo, para sacar a la luz sus estrategias perversas y vencer sus ataques. Estamos en Cristo Jesús, el Vencedor; no hay forma en que el enemigo pueda vencernos si estamos enfocados en nuestro Salvador.

Hay algo que muchas veces le repito al Señor: "No quiero estancarme, quiero más, más y más de ti. Quiero pasar a nuevos niveles de gloria, de poder y de sobrenaturalidad, en los que pueda deleitarme en tu amor Paternal, tu Señorío, tu Majestuosidad y tu Gracia". ¡Saben algo! Casi siempre, por no decir que siempre; después de perseverar en esto, vienen los ataques, la opresión y la prueba. Sin embargo, no me conformo y quiero más, no sé tú; pero yo quiero experimentar a plenitud lo que significa ser hijo de Dios. Es mi clamor constante y sé que Jesucristo es mi camino a seguir para poder alcanzar esa plenitud. Tal vez por eso el enemigo no se queda quieto e intenta todo el tiempo hacerme desfallecer, pero saben otra cosa, no lo ha logrado y confío plenamente en que no lo logrará; la prueba es que sigo perseverando en Cristo Jesús, por la fuerza y el poder del Espíritu de Dios, por Su gracia y Su fidelidad.

Le pertenezco a Jesús y al Padre, y Satanás jamás va a poder cumplir su plan de destrucción en mi contra porque hace mucho tiempo dejé de servirle. Cuando Cristo Jesús me salvó, lo hizo para la eternidad; no hay qué o quién pueda desviarme de esa esperanza eterna, ni él ni nadie puede impedir que los propósitos que mi Padre se propuso conmigo se lleven a cabo. Espero también sea así contigo querido hermano; no te dejes confundir, Dios no añade confusión a los planes que ha establecido para los suyos y cada uno de ellos los cumplirá como se lo ha propuesto.