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Oración ante la amenaza

Cuando sufrimos amenazas es muy importante saber qué hacer, y la oración es un santo remedio. Podemos recorrer la Biblia de adelante hacia atrás y viceversa, y lo vamos a encontrar vez tras vez.

En Nehemías 4:9, mi amigo, mi amiga, encontramos que estaba amenazada la gente en Jerusalén; estaban amenazados por los enemigos que querían parar la obra del muro que les iba a brindar seguridad. Ellos lo estaban reconstruyendo. Estaban en pleno trabajo arduo y, en medio de esa labor, viene una gran amenaza. También hoy en día hay amenazas sobre nosotros — a veces son enfermedades, olas de pestilencias, a veces amenazas de la criminalidad que hay en la sociedad; amenazas de nuestras propias debilidades humanas, de que se está resquebrajando la familia... Entonces, tenemos mucha actividad, mucho trabajo y tenemos que trabajar con ese peso dentro de nosotros, sintiendo que en cualquier momento nos toca la desgracia, porque estamos siendo amenazados por un enemigo, a veces conocido, a veces desconocido. Qué bueno saber que podemos llegar a Dios, llevarle en oración esa carga y saber que Él escucha esa oración y que tiene ángeles para protegernos. Dios nuestro Padre está interesado en nuestra seguridad y Él dice: “Clama a mí, yo te responderé”.

Señor, en este momento queremos exactamente hacer eso, lo que Tú nos enseñas: clamarte. Tú ves los enemigos que nos rodean. Tú ves, Señor, aquellas cosas que son una amenaza para nosotros, para nuestra familia, para nuestra sociedad —enfermedades, personas; aun nuestra propia carne está a un paso de pecar—. Sálvanos, Padre, en el nombre de Jesús. Amén.

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