¿Cómo tener un año exitoso?Muestra
Aprender a depender de Dios
Ya vimos que el universo entero depende de Jesús y que Jesús mismo depende del Padre. Ahora es nuestro turno de poner en práctica este ejemplo: tenemos que aprender a depender de Dios.
En Juan 15:5 Jesús dijo que nada podemos hacer separados de Él a través de una ilustración de la vid y los pámpanos. El pámpano depende de la vid. Si lo separamos de la fuente, de nada sirve. Lo mismo ocurre con nuestras vidas. Si queremos tener éxito, que todo lo que hagamos funcione y prospere, tenemos que permanecer en la voluntad del Padre.
Así como dijo Arthur Burt: “Dios puede hacer más con menos, mucho con poco, todo con nada”.
- El verdadero hombre de Dios, depende de Dios.
El líder no es un verdadero líder si no logra depender de Dios. Muchas personas, equivocadamente, caen en la necesidad de depender de la gente que los rodea, de la iglesia, o de las circunstancias que atraviesan. De esta manera sus vidas se vuelven inestables, agobiantes y hasta vacías o sin sentido. Vivimos en un mundo lleno de cuestiones que nos afectan, y muchas veces condicionan nuestros planes o nuestras acciones. Pero eso no debe condicionar ni limitar el propósito de Dios para nuestras vidas. Necesitamos aprender a dejar nuestras preocupaciones, ansiedades y hasta nuestros logros en manos del Padre para depender meramente de Su voluntad.
Lo que más nos cuesta a los humanos es reconocer que “nada” podemos hacer separados de Dios. A Moisés le costó cuarenta años en el desierto, recién cuando tenía ochenta años Dios lo empezó a usar. Así como mencionó Kathryn Kuhlman: “Cuando no tiene nada y admite que no tiene nada entonces es fácil mirar arriba y decir: Si Tú puedes toma mi nada y úsala". Ella decía: ““Dios tomó mi nada y la usó para Su gloria".
Juan el Bautista había descubierto el principio del crecimiento espiritual: Más de Él, menos de mí. Los discípulos de Juan al ver que Jesús estaba creciendo cada vez más le preguntaron qué debían hacer, y Juan sin dudarlo un instante, entendió que era necesario que Jesús crezca y que él mengüe. Lo mismo debemos hacer nosotros: menguar para que Jesús crezca en nuestras vidas.
Cuando nos rendimos, le hacemos lugar a Dios. Entregarle nuestra vida es la mayor ofrenda que podemos presentar ante Su presencia. Cuando le hacemos lugar a la presencia de Dios, la presencia hace lugar en nuestras vidas. Esta es una invitación a hacerle lugar las 24 horas, los 7 días de la semana. Con lo que miramos, con lo que escuchamos, con lo que leemos y hasta con las conversaciones que tenemos. El Espíritu Santo es quién viene para que vivamos como Jesús, dependiendo de Dios. Es nuestra decisión darle el lugar que se merece en nuestras vidas para tener un año exitoso, más allá de las circunstancias que podamos atravesar. El éxito está en depender de Jesús.
Escrituras
Acerca de este Plan
Empieza un nuevo año e inmediatamente comenzamos a trazar metas, organizamos nuestras actividades, renovamos sueños y tomamos decisiones para tener un buen año. Pero, ¿cómo podemos asegurar que todo esto resulte en un año exitoso? En este plan devocional de 3 días recordaremos la clave del éxito para organizar este año guiado por la voluntad de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Fundación Catedral de la fe por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.catedraldelafe.org/