Regalo de Dios para las familias--Las mamásMuestra

Mamá es un discípulo

El Espíritu Santo hace Su mejor obra en los hogares cristianos.

Y entre sus asistentes más importantes y valiosas se encuentran las madres cristianas. Mi suposición personal es que la gran mayoría de las personas que me devolvieron la sonrisa el domingo por la mañana fueron traídas a la fe a través de la iniciativa de sus padres y primero fueron seriamente discipulados por sus madres. Las historias bíblicas que se escucharon por primera vez acurrucadas en los brazos y el regazo de mamá nunca se olvidan. Pequeñas canciones cristianas cantadas en casa quedan grabadas en el corazón para siempre.

Es mamá primero quien ayuda a los niños pequeños a navegar la relación críticamente importante con Jesús, su amigo invisible pero no imaginario. “Habla siempre con sabiduría, y su lengua se rige por la ley del amor” (Proverbios 31:26). Los pequeños escuchan primero las palabras de Dios filtradas a través de su corazón y su voz. Mamá es su primera consejera en la resolución de problemas con una cosmovisión cristiana.

Las primeras oraciones que hace un niño se originan probablemente en el regazo de mamá. Lo último que escuchan los pequeños en sus pijamas y cunas a la hora de acostarse es la oración susurrada de mamá por ellos. Es de mamá primero que los niños pequeños aprenden cómo vivir su fe: obedecer la primera vez, compartir sus juguetes, refrenar su egoísmo innato, aprender a decir: "Lo siento". "Necesito ayuda". "Gracias".

Los científicos del comportamiento están bastante seguros de que los patrones educativos de un niño están establecidos para toda la vida a los 5 años. Estoy bastante seguro de que las actitudes espirituales de un niño a los 5 años también durarán mucho, mucho tiempo.