El Consuelo De La Providencia De DiosMuestra
¿Alguna vez te has sentido como Job? ¿Job, el personaje principal de ese libro del Antiguo Testamento que perdió todo?
Como Job, puedes rascarte la cabeza y susurrar lo suficientemente bajo como para que nadie a tu alrededor escuche tu miedo. Como Job, quizás te preguntes dónde está Dios. Como Job, puedes murmurar tranquilamente: “Pero si voy al este, él no está allí; si voy al oeste, no lo encuentro. Cuando está trabajando en el norte, no lo veo; cuando se vuelve hacia el sur, no lo veo" (Job 23:8-9).
Job se sintió solo. Job se sintió olvidado. Job se sintió abandonado por Dios mismo.
¿Alguna vez te has sentido como Job? Si fuéramos honestos, todos lo hemos hecho. Es humano sentirse así. Dios lo ha visto antes. Conoce nuestro marco. Él sabe que solo somos polvo modificado (Salmo 103: 14). Es en esos momentos en los que solo queremos que Dios aparezca con un poco de piel para que pueda hacernos saber que todavía está allí. Es en esos momentos cuando lo alcanzamos, pero como el viento, se escapa de nuestro sujetar. Es en esos momentos en que Su mano invisible se nos escapa incluso mientras Sus palabras continúan urgiéndonos a seguir caminando por el camino que Él nos ha llamado. Pero, ¿damos el siguiente paso? ¿Caminamos en fe? ¿O nos negamos a seguir adelante, deseando en cambio escuchar nuestra propia versión de las palabras susurradas que hemos leído en las polvorientas páginas de las Escrituras donde Dios deja que se sepa que Él está allí?
“Yo seré el mismo hasta tu vejez y te sostendré. Te he hecho y te cargare; Yo te llevaré y te rescataré” (Isaías 46: 4).
“Iré delante de ti y nivelaré los desniveles; Romperé las puertas de bronce y cortaré las barras de hierro en dos. Te daré los tesoros de las tinieblas y las riquezas de los lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor. Yo soy el Dios de Israel, que te llama por tu nombre” (Isaías 45: 2-3).
"Sé fuerte y valiente; no se asuste ni tengas miedo. Porque el Señor tu Dios es el quien irá contigo; no te dejará ni te abandonará” (Deuteronomio 31: 6).
Anhelamos escuchar algo así. Cualquier cosa en realidad. Garantías de Dios para hacernos saber que Él sabe dónde estamos y adónde nos lleva. Garantías de que no debemos tener miedo, sino más bien tener valor y descansar en Su presencia y poder. Incluso cuando parezca que no se encuentra por ningún lado.
Si alguna vez te has sentido así, amigo mío, no estás solo. De hecho, es algo tan común que Dios habla mucho de ello en Su Palabra. Incluso hay una teología ligada a su invisibilidad. Es una teología conocida como providencia.
La providencia de Dios (un subconjunto doctrinal debajo de la doctrina general conocida como soberanía) es una verdad espiritual tan crítica que conocerla y vivirla puede transformar radicalmente tu vida. Cuando eres capaz de discernir cómo Dios obra providencialmente en la historia y en el presente, eres capaz de avanzar por los caminos de la vida con un propósito y una intención que te impulsarán hacia adelante. Incluso en esos momentos, días, semanas, meses o incluso años en los que no pareces ver a Dios, sentir a Dios o escuchar a Dios en absoluto, sabrás que Él está moviendo los hilos detrás de escena. Él es el Gran Maestro de Marionetas, dirigiendo tu destino divino en este escenario llamado vida. Sabiendo esto te permitirá tomar decisiones de acuerdo con Su voluntad y agenda del reino, más que por tu propia reacción de autoconservación o control.
Acerca de este Plan
La vida tiene una forma de hacerte sentir olvidado. Ya sea cuando la vida comienza a empeorar o cuando las cosas no parecen mejorar, Dios tiene un plan para ti. En este plan de 3 días, Tony Evans enseña cómo Dios controla todo, sin importar lo malo que parezca.
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Nos gustaría agradecer a The Urban Alternative (Tony Evans) por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://tonyevans.org/espanol/