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Descansa y crece en la palabra de Dios

“Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron: arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados” (Colosenses 2:6-7).

Incluso si no eres un levantador de pesas, probablemente sabes que los músculos crecen y se fortalecen solo después de un entrenamiento, cuando descansan y se recuperan. Realmente no entendía eso cuando era un niño. Cuando levantas cosas pesadas, la fuerza del esfuerzo causa microdesgarros en los músculos. Una vez que dejas de levantar, tu cuerpo repara esos microdesgarros con tejido más fuerte. Por lo tanto, te vuelves más fuerte cuando estás en descanso, no realmente cuando tú estás levantando pesas.

Este es un paralelo preciso ya que Pablo nos anima a ser “fortalecidos en la fe como nos fue enseñado”. No estoy seguro por lo que estás pasando ahora—pérdida de trabajo, enfermedad, luto por una muerte, estrés, ansiedad o simplemente te sientes abrumado con la vida. Lo que sí sé es que estas cargas no fortalecen la fe. Las pruebas en la vida son las cosas que nos separan. Tu fe, en la otra mano, crece más fuerte cuando encuentras descanso y renovación en la palabra de Dios. Es aquí donde el Espíritu Santo nos repara, nos edifica con Sus promesas y prepara nuestros corazón y mentes para enfrentar cualquier desafío que el mundo pueda presentarnos.