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Espíritu (S2-E5)

Biblia Reina Valera 1960

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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch7" data-usfm="DAN.7">
 <div class="label">7</div><div class="s">Visi&#243;n de las cuatro bestias</div><div class="p"> 1En el primer a&#241;o de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel un sue&#241;o, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho; luego escribi&#243; el sue&#241;o, y relat&#243; lo principal del asunto. 2Daniel dijo: Miraba yo en mi visi&#243;n de noche, y he aqu&#237; que los cuatro vientos del cielo combat&#237;an en el gran mar. 3Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la otra, sub&#237;an del mar.#Ap. 13.1; 17.8. 4La primera era como le&#243;n, y ten&#237;a alas de &#225;guila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le fue dado coraz&#243;n de hombre. 5Y he aqu&#237; otra segunda bestia, semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado m&#225;s que del otro, y ten&#237;a en su boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho as&#237;: Lev&#225;ntate, devora mucha carne. 6Despu&#233;s de esto mir&#233;, y he aqu&#237; otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en sus espaldas; ten&#237;a tambi&#233;n esta bestia cuatro cabezas; y le fue dado dominio.#Ap. 13.2. 7Despu&#233;s de esto miraba yo en las visiones de la noche, y he aqu&#237; la cuarta bestia, espantosa y terrible y en gran manera fuerte, la cual ten&#237;a unos dientes grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de ella, y ten&#237;a diez cuernos.#Ap. 12.3; 13.1. 8Mientras yo contemplaba los cuernos, he aqu&#237; que otro cuerno peque&#241;o sal&#237;a entre ellos, y delante de &#233;l fueron arrancados tres cuernos de los primeros; y he aqu&#237; que este cuerno ten&#237;a ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas.#Ap. 13.5-6.</div><div class="p"> 9Estuve mirando hasta que fueron puestos tronos,#Ap. 20.4. y se sent&#243; un Anciano de d&#237;as, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia;#Ap. 1.14. su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo, fuego ardiente. 10Un r&#237;o de fuego proced&#237;a y sal&#237;a de delante de &#233;l; millares de millares le serv&#237;an, y millones de millones asist&#237;an delante de &#233;l;#Ap. 5.11. el Juez se sent&#243;, y los libros fueron abiertos.#Ap. 20.12. 11Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia, y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en el fuego. 12Hab&#237;an tambi&#233;n quitado a las otras bestias su dominio, pero les hab&#237;a sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.</div><div class="p"> 13Miraba yo en la visi&#243;n de la noche, y he aqu&#237; con las nubes del cielo ven&#237;a uno como un hijo de hombre,#Mt. 24.30; 26.64; Mr. 13.26; 14.62; Lc. 21.27; Ap. 1.7,13; 14.14. que vino hasta el Anciano de d&#237;as, y le hicieron acercarse delante de &#233;l. 14Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran;#Ap. 11.15. su dominio es dominio eterno, que nunca pasar&#225;, y su reino uno que no ser&#225; destruido.</div><div class="p"> 15Se me turb&#243; el esp&#237;ritu a m&#237;, Daniel, en medio de mi cuerpo, y las visiones de mi cabeza me asombraron. 16Me acerqu&#233; a uno de los que asist&#237;an, y le pregunt&#233; la verdad acerca de todo esto. Y me habl&#243;, y me hizo conocer la interpretaci&#243;n de las cosas. 17Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantar&#225;n en la tierra. 18Despu&#233;s recibir&#225;n el reino los santos del Alt&#237;simo, y poseer&#225;n el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre.#Ap. 22.5.</div><div class="p"> 19Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las otras, espantosa en gran manera, que ten&#237;a dientes de hierro y u&#241;as de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies; 20asimismo acerca de los diez cuernos que ten&#237;a en su cabeza, y del otro que le hab&#237;a salido, delante del cual hab&#237;an ca&#237;do tres; y este mismo cuerno ten&#237;a ojos, y boca que hablaba grandes cosas, y parec&#237;a m&#225;s grande que sus compa&#241;eros. 21Y ve&#237;a yo que este cuerno hac&#237;a guerra contra los santos, y los venc&#237;a,#Ap. 13.7. 22hasta que vino el Anciano de d&#237;as, y se dio el juicio a los santos del Alt&#237;simo;#Ap. 20.4. y lleg&#243; el tiempo, y los santos recibieron el reino.</div><div class="p"> 23Dijo as&#237;: La cuarta bestia ser&#225; un cuarto reino en la tierra, el cual ser&#225; diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorar&#225;, trillar&#225; y despedazar&#225;. 24Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantar&#225;n diez reyes;#Ap. 17.12. y tras ellos se levantar&#225; otro, el cual ser&#225; diferente de los primeros, y a tres reyes derribar&#225;. 25Y hablar&#225; palabras contra el Alt&#237;simo, y a los santos del Alt&#237;simo quebrantar&#225;, y pensar&#225; en cambiar los tiempos y la ley; y ser&#225;n entregados en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo.#Ap. 12.14; 13.5-6. 26Pero se sentar&#225; el Juez, y le quitar&#225;n su dominio para que sea destruido y arruinado hasta el fin, 27y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Alt&#237;simo,#Ap. 20.4. cuyo reino es reino eterno,#Ap. 22.5. y todos los dominios le servir&#225;n y obedecer&#225;n.</div><div class="p"> 28Aqu&#237; fue el fin de sus palabras. En cuanto a m&#237;, Daniel, mis pensamientos me turbaron y mi rostro se demud&#243;; pero guard&#233; el asunto en mi coraz&#243;n.</div>
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Texto bíblico Reina-Valera 1960® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Derechos renovados 1988, Sociedades Bíblicas Unidas.

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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch8" data-usfm="DAN.8">
 <div class="label">8</div><div class="s">Visi&#243;n del carnero y del macho cabr&#237;o</div><div class="p"> 1En el a&#241;o tercero del reinado del rey Belsasar me apareci&#243; una visi&#243;n a m&#237;, Daniel, despu&#233;s de aquella que me hab&#237;a aparecido antes. 2Vi en visi&#243;n; y cuando la vi, yo estaba en Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi, pues, en visi&#243;n, estando junto al r&#237;o Ulai. 3Alc&#233; los ojos y mir&#233;, y he aqu&#237; un carnero que estaba delante del r&#237;o, y ten&#237;a dos cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era m&#225;s alto que el otro; y el m&#225;s alto creci&#243; despu&#233;s. 4Vi que el carnero her&#237;a con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna bestia pod&#237;a parar delante de &#233;l, ni hab&#237;a quien escapase de su poder; y hac&#237;a conforme a su voluntad, y se engrandec&#237;a.</div><div class="p"> 5Mientras yo consideraba esto, he aqu&#237; un macho cabr&#237;o ven&#237;a del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar tierra; y aquel macho cabr&#237;o ten&#237;a un cuerno notable entre sus ojos. 6Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo hab&#237;a visto en la ribera del r&#237;o, y corri&#243; contra &#233;l con la furia de su fuerza. 7Y lo vi que lleg&#243; junto al carnero, y se levant&#243; contra &#233;l y lo hiri&#243;, y le quebr&#243; sus dos cuernos, y el carnero no ten&#237;a fuerzas para pararse delante de &#233;l; lo derrib&#243;, por tanto, en tierra, y lo pisote&#243;, y no hubo quien librase al carnero de su poder. 8Y el macho cabr&#237;o se engrandeci&#243; sobremanera; pero estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado, y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los cuatro vientos del cielo.</div><div class="p"> 9Y de uno de ellos sali&#243; un cuerno peque&#241;o, que creci&#243; mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra gloriosa. 10Y se engrandeci&#243; hasta el ej&#233;rcito del cielo; y parte del ej&#233;rcito y de las estrellas ech&#243; por tierra,#Ap. 12.4. y las pisote&#243;. 11Aun se engrandeci&#243; contra el pr&#237;ncipe de los ej&#233;rcitos, y por &#233;l fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario fue echado por tierra. 12Y a causa de la prevaricaci&#243;n le fue entregado el ej&#233;rcito junto con el continuo sacrificio; y ech&#243; por tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosper&#243;. 13Entonces o&#237; a un santo que hablaba; y otro de los santos pregunt&#243; a aquel que hablaba: &#191;Hasta cu&#225;ndo durar&#225; la visi&#243;n del continuo sacrificio, y la prevaricaci&#243;n asoladora entregando el santuario y el ej&#233;rcito para ser pisoteados? 14Y &#233;l dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y ma&#241;anas; luego el santuario ser&#225; purificado.</div><div class="p"> 15Y aconteci&#243; que mientras yo Daniel consideraba la visi&#243;n y procuraba comprenderla, he aqu&#237; se puso delante de m&#237; uno con apariencia de hombre. 16Y o&#237; una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que grit&#243; y dijo: Gabriel,#Lc. 1.19,26. ense&#241;a a este la visi&#243;n. 17Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombr&#233;, y me postr&#233; sobre mi rostro. Pero &#233;l me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visi&#243;n es para el tiempo del fin.</div><div class="p"> 18Mientras &#233;l hablaba conmigo, ca&#237; dormido en tierra sobre mi rostro; y &#233;l me toc&#243;, y me hizo estar en pie. 19Y dijo: He aqu&#237; yo te ense&#241;ar&#233; lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin. 20En cuanto al carnero que viste, que ten&#237;a dos cuernos, estos son los reyes de Media y de Persia. 21El macho cabr&#237;o es el rey de Grecia, y el cuerno grande que ten&#237;a entre sus ojos es el rey primero. 22Y en cuanto al cuerno que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa que cuatro reinos se levantar&#225;n de esa naci&#243;n, aunque no con la fuerza de &#233;l. 23Y al fin del reinado de estos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantar&#225; un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. 24Y su poder se fortalecer&#225;, mas no con fuerza propia; y causar&#225; grandes ruinas, y prosperar&#225;, y har&#225; arbitrariamente, y destruir&#225; a los fuertes y al pueblo de los santos. 25Con su sagacidad har&#225; prosperar el enga&#241;o en su mano; y en su coraz&#243;n se engrandecer&#225;, y sin aviso destruir&#225; a muchos; y se levantar&#225; contra el Pr&#237;ncipe de los pr&#237;ncipes, pero ser&#225; quebrantado, aunque no por mano humana. 26La visi&#243;n de las tardes y ma&#241;anas que se ha referido es verdadera; y t&#250; guarda la visi&#243;n, porque es para muchos d&#237;as.</div><div class="p"> 27Y yo Daniel qued&#233; quebrantado, y estuve enfermo algunos d&#237;as, y cuando convalec&#237;, atend&#237; los negocios del rey; pero estaba espantado a causa de la visi&#243;n, y no la entend&#237;a.</div>
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 <div class="book bkDAN">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="DAN.9">
 <div class="label">9</div><div class="s">Oraci&#243;n de Daniel por su pueblo</div><div class="p"> 1En el a&#241;o primero de Dar&#237;o hijo de Asuero, de la naci&#243;n de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos, 2en el a&#241;o primero de su reinado, yo Daniel mir&#233; atentamente en los libros el n&#250;mero de los a&#241;os de que habl&#243; Jehov&#225; al profeta Jerem&#237;as, que hab&#237;an de cumplirse las desolaciones de Jerusal&#233;n en setenta a&#241;os.#Jer. 25.11; 29.10.</div><div class="p"> 3Y volv&#237; mi rostro a Dios el Se&#241;or, busc&#225;ndole en oraci&#243;n y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. 4Y or&#233; a Jehov&#225; mi Dios e hice confesi&#243;n diciendo: Ahora, Se&#241;or, Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos; 5hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho imp&#237;amente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus ordenanzas. 6No hemos obedecido a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros pr&#237;ncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. 7Tuya es, Se&#241;or, la justicia, y nuestra la confusi&#243;n de rostro, como en el d&#237;a de hoy lleva todo hombre de Jud&#225;, los moradores de Jerusal&#233;n, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebeli&#243;n con que se rebelaron contra ti. 8Oh Jehov&#225;, nuestra es la confusi&#243;n de rostro, de nuestros reyes, de nuestros pr&#237;ncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos. 9De Jehov&#225; nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra &#233;l nos hemos rebelado, 10y no obedecimos a la voz de Jehov&#225; nuestro Dios, para andar en sus leyes que &#233;l puso delante de nosotros por medio de sus siervos los profetas. 11Todo Israel traspas&#243; tu ley apart&#225;ndose para no obedecer tu voz; por lo cual ha ca&#237;do sobre nosotros la maldici&#243;n y el juramento que est&#225; escrito en la ley de Mois&#233;s, siervo de Dios; porque contra &#233;l pecamos. 12Y &#233;l ha cumplido la palabra que habl&#243; contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusal&#233;n. 13Conforme est&#225; escrito en la ley de Mois&#233;s, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehov&#225; nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad. 14Por tanto, Jehov&#225; vel&#243; sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es Jehov&#225; nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz. 15Ahora pues, Se&#241;or Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho imp&#237;amente. 16Oh Se&#241;or, conforme a todos tus actos de justicia, ap&#225;rtese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusal&#233;n, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de nuestros padres, Jerusal&#233;n y tu pueblo son el oprobio de todos en derredor nuestro. 17Ahora pues, Dios nuestro, oye la oraci&#243;n de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor del Se&#241;or. 18Inclina, oh Dios m&#237;o, tu o&#237;do, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. 19Oye, Se&#241;or; oh Se&#241;or, perdona; presta o&#237;do, Se&#241;or, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios m&#237;o; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.</div><div class="s">Profec&#237;a de las setenta semanas</div><div class="p"> 20A&#250;n estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehov&#225; mi Dios por el monte santo de mi Dios; 21a&#250;n estaba hablando en oraci&#243;n, cuando el var&#243;n Gabriel,#Lc. 1.19,26. a quien hab&#237;a visto en la visi&#243;n al principio, volando con presteza, vino a m&#237; como a la hora del sacrificio de la tarde. 22Y me hizo entender, y habl&#243; conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabidur&#237;a y entendimiento. 23Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para ense&#241;&#225;rtela, porque t&#250; eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visi&#243;n.</div><div class="p"> 24Setenta semanas est&#225;n determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricaci&#243;n, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visi&#243;n y la profec&#237;a, y ungir al Santo de los santos. 25Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusal&#233;n hasta el Mes&#237;as Pr&#237;ncipe, habr&#225; siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volver&#225; a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. 26Y despu&#233;s de las sesenta y dos semanas se quitar&#225; la vida al Mes&#237;as, mas no por s&#237;; y el pueblo de un pr&#237;ncipe que ha de venir destruir&#225; la ciudad y el santuario; y su fin ser&#225; con inundaci&#243;n, y hasta el fin de la guerra durar&#225;n las devastaciones. 27Y por otra semana confirmar&#225; el pacto con muchos; a la mitad de la semana har&#225; cesar el sacrificio y la ofrenda. Despu&#233;s con la muchedumbre de las abominaciones vendr&#225; el desolador,#Dn. 11.31; 12.11; Mt. 24.15; Mr. 13.14. hasta que venga la consumaci&#243;n, y lo que est&#225; determinado se derrame sobre el desolador.</div>
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