Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Información del Plan

El Hábito de HábitosMuestra

El Hábito de Hábitos

DÍA 4 DE 5

Conversar con Dios

Después de leer la Biblia y adorar a Dios, el tercer paso en mi rutina de meditación diaria es conversar con Dios en oración. La clave para mí ha sido elegir un MODELO DE ORACIÓN. Hay varios modelos de oración en la Biblia, pero el que más me ha gustado a mí seguir es el modelo del Padre Nuestro que se encuentra en Mateo 6. Cada línea de la oración es un tema de conversación. Por ejemplo: “Padre Nuestro que estás en el cielo” - aquí le doy gracias por ser mi Padre, por perdonarme, por escucharme, por estar conmigo todos los días. Y así cada línea de conversación.

“Santificado sea tu nombre” – Aquí le adoro, le digo que me dé temor santo de Su nombre, que me enseñe a adorarlo, etc.
“Venga tu reino” – Aquí le pido que me dé mansedumbre y humildad para obedecerlo mejor, que venga su reino a mi matrimonio, a mi familia, que mis vecinos sean salvos; oro por mi ciudad, etc.

Cuando llego a la frase “hágase tu voluntad como en el cielo, así también en la tierra...” es cuando regreso a los versículos que leí en mi tiempo de lectura bíblica. Y aquí paso la mayoría del tiempo, pidiendo que eso que está en su Palabra, me enseñe a practicarlo.

“Danos el pan de cada día” – Aquí le pido por todo: por mi esposa, hijos, sueños, construir mi casa, planes de la iglesia, todo lo que me falta, etc. ¡Lo peor que me puede pasar es que me diga ‘no’ y que me dé algo mejor!

“Perdónanos nuestras deudas, así como perdonamos a nuestros deudores” – Aquí confieso mis pecados a Dios, recibo su perdón. En los momentos de oración diaria es cuando trato con mis emociones, no las escondo. Si estoy atravesando una dificultad o una frustración, ¡este es el momento para contárselas a Dios!

También perdono a aquellos con quienes me siento ofendido. Los perdono, los bendigo y pido a Dios que los perdone.

“No nos metas en tentación” – Le pido a Dios que nos guarde de la tentación de inmoralidad sexual, del amor al dinero, del amor a la fama, al poder, a la posición, etc.; todo tipo de tentación que podría venir a mi vida o a mi familia.

“Mas líbranos del mal” – Aquí declaro que somos invisibles a personas malas; que Dios nos guarda de accidentes, enfermedades y maldad que otros nos quieran hacer. Aquí también reprendo a algún espíritu inmundo que quiera tomar influencia en nuestras vidas.

“Pues tuyo es el reino, el poder y la gloria por siempre” – Termino adorando una vez más.

Aquí quiero explicarles lo importante y determinante que para mí ha sido tener este tiempo de meditación el primer momento en la mañana. Puedes hacerlo en cualquier momento del día pero hay algo único, inexplicable, en dedicarle a Dios el inicio de tu día. Es lo que mencionaba al inicio de este devocional, de aplicar el principio del diezmo al tiempo: dedicarle lo primero y lo mejor de tu tiempo diario a Dios. Cuando lo haces, Dios honra el resto de tu día.

Algo común para muchas personas es que no saben cómo retomar un tiempo de meditación diario después de una temporada sin hacerlo; estás desanimado o sientes condenación por haber descuidado tu tiempo con Dios y te cuesta arrancar. Yo digo que no te condenes por el tiempo que no pudiste pasar con Dios, simplemente regresa como si no hubiera pasado ni un día desperdiciado. Mientras más rápido regreses, más dinámica será tu relación con Dios.

No hay una cantidad de tiempo establecido para meditar; si no tienes el hábito, te recomiendo que empieces por unos minutos de leer la Biblia, adorar a Dios y orar. Puedes empezar con cinco minutos al día y verás, antes de darte cuenta, que lo irás aumentando. Persevera hasta que sea tu pasión.

Oración: Señor Jesús, quiero conocerte más. Enséñame a orar, a conversar contigo. Gracias que, a través de ti, Jesús, tengo acceso a Dios, mi Padre Celestial. Puedo acercarme en oración no por la perfección de mi vida, sino por la grandeza de tu misericordia. Tú me escuchas cuando me acerco con fe. Hoy creo que cada vez que te hablo tú estás atento a mi oración. Gracias por enseñarme el camino de la comunión con Dios. Amén.

Día 3Día 5

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad