Cómo superar las heridas emocionalesMuestra

Sigue adelante y aférrate a la esperanza

El tratamiento de las heridas es vital, mi amigo el Dr. James Reeves lo llama el principio emocional/espiritual. Él afirma: «Nunca podrás ser más maduro en lo espiritual, de lo que eres en lo emocional». ¿Por qué? Cuando nos han herido solemos desarrollar amargura, nos aislamos, creemos mentiras sobre nosotros mismos, sobre Dios y sobre los demás; inhibimos la obra de Dios en nuestras vidas, pecamos. Cuando pecamos, nuestra intimidad con Dios y con los demás se ve sofocada.

En las Escrituras una parte de la medida de nuestra madurez y de nuestro amor a Dios están directamente relacionados con nuestra capacidad de amar a los demás. El grado en que amamos a los demás está directamente relacionado con nuestra capacidad de amarnos a nosotros mismos y nuestra capacidad de amarnos a nosotros mismos está directamente relacionada con nuestra capacidad de amar a Dios y de comprender quién es Él realmente.

Al identificar y procesar nuestras heridas emocionales con personas que nos aman y que nos aceptan tal cual somos, empezamos a ver a Dios como quien realmente es, un Padre amoroso y personal. A medida que esto sucede, empezamos a vernos a nosotros mismos como nos ve Dios, como alguien que es amado, valioso y adecuado. Estas creencias se arraigan en la experiencia, en nuestros corazones, nos acercan a Dios y a los demás. Estas relaciones son parte del discipulado.

Pero el discipulado no está pensado únicamente para tu beneficio personal, Jesús quiere que bendigamos a los demás. Intenta tener una visión de lo que Dios podría hacer en tu vida a través de esto. Somos testigos del poder de la visión en la vida de Jesús que, como dice Hebreos 12:2, «por el gozo que le fue propuesto, soportó la cruz». Ese gozo fue recibir «toda la autoridad en el cielo y en la tierra» (Mateo 28:18) y darnos a ti y a mí el «derecho a ser hijos de Dios» (Juan 1:12). Jesús ha vencido al mundo (Juan 16:33), está gobernando y reinando sobre todo lo que ocurre en este tiempo (Salmos 47:8), y un día hará que todas las cosas sean justas y nuevas (Apocalipsis 21). ¡Qué esperanza tenemos en Él!

Piensa en los retos a los que te has enfrentado en el pasado y en cómo Dios te ayudó a superarlos. Todavía estás aquí, estás leyendo esto. ¡Lograste superarlos! Piensa en cómo podrías ayudar a otros en el futuro porque estás alcanzando la victoria sobre tus propias luchas. Sigue adelante, aférrate a la esperanza.

Dios, gracias por la sanidad que tienes para mí. Ayúdame a caminar hacia adelante con esperanza, visión y propósito. En el nombre de Jesús, amén.

Para obtener ayuda, recursos y oración, ponte en contacto con resolutionmovement.org.