Sin CondicionesMuestra

Un Dios sin condiciones

Cuando Dios se encuentra con nosotros, no mira nuestro estado o situación. No se fija en nuestra apariencia. En contraposición a la sociedad discriminadora y excluyente en la que vivimos, una sociedad que pone tantos “peros”, Dios acepta sin condiciones a todo aquel que viene a Él. Dios no hace acepción de personas. Jesús se juntaba con todos aquellos a quienes la sociedad rechazaba, y era Él quien cambiaba su corazón y los transformaba.

Podemos hablar de una condición cuando nos referimos a una situación o circunstancia indispensable para que otra exista. Dios nos invita a tener una mentalidad sin condiciones, es decir, sin limitaciones en Él. Ninguna situación o circunstancia del presente o del pasado debe limitarnos ni condicionarnos para que experimentemos la libertad, la fe, el amor y el perdón a los que Él nos llamó.