Navidad, Al Mundo PazMuestra

Este año pudo haber sido un año de incertidumbre. Saliendo de una pandemia, un acontecimiento para el que no estábamos listos ni antes, ni durante, ni después. Llenos de preguntas, “reinventándonos”, reconstruyéndonos… Y acá estamos, casi ni sé cómo llegamos, en el umbral de diciembre.

“...y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo” (Mateo 2:9-10 RVR1960).

Seguramente tú, al igual que yo, estás como en una búsqueda. Tal vez apenas estés conociendo esto de Dios, o tal vez ya tengas un recorrido largo. Pero con esa sensación en el fondo del corazón de que tiene que haber algo más. Algo más allá de la rutina, de los desafíos que parecieran irrumpir en el día a día, algo más allá de los límites.

¿Puedes ver la estrella? Ella te está guiando hacia Jesús. No la pierdas de vista. Quizás se pose sobre un lugar tan incómodo como un establo. Quizás esté algo sucio, modesto, tal vez haya un pequeño montoncito de paja en lugar de un colchón vestido de sábanas de seda. Quizás no parezca un lugar digno de Dios, pero aún así sea el lugar correcto dónde Dios quiere que lo encuentres. Y lo más maravilloso de todo es que, aún rodeado de ovejas, burros y vacas, es un lugar dónde experimentarás ese gran gozo. Porque el presente y la eternidad están envueltos en pañales, y son el símbolo de un nuevo comienzo. Año nuevo, ¡con Jesús, allá vamos!