¿Y tú qué ves?Muestra

¿Y tú cómo me ves?

Agar y Sara

Dos perspectivas diferentes

Como humanos siempre resaltamos nuestros herrores, tal vez sea porque originalmente nuestro diseño era de perfección a la medida de la gloria de Dios y luego fuimos destituidos de allí.

Ya viste que escribí "error" con "h" ¿Verdad?, Y te desconcentro, ¿Por qué? No lo toleramos, queremos vidas sin errores y cuando tenemos errores queremos hacerle saber a los demás que eso también está bajo control, (yo misma lo hago).

Sara está decepcionada y preocupada porque pasan los días y ella aún no tiene el hijo soñado.

Entonces, si la culpable no es la promesa, tiene que ser ella.

V: 2 "Dijo Sara a Abram: ya ves que Jehová me ha hecho estéril".

Aquí aparece el primer "ves": "Yo sé que tú ves que yo soy el problema".

¿Cuántas veces nos sentimos así? Pensamos que otros también ven lo que nos hace falta.

Abraham amaba a Sara, durante toda la historia se puede notar a un esposo que la ve hermosa. (Génesis 12:11), y que no le echa en cara que es estéril.

Puede que esto también te suceda a ti, te escudas en una frase "yo sé que me ven como...”.

Luego Agar la ve con desprecio (Génesis 16:4), y Sara se siente amenazada por no dar lo que Agar sí puede dar.

Y como es normal, tratamos de herir a otros que nos ven con desprecio, y así la Agar que nos desespera no tiene más remedio que irse (Génesis 16:6).

Pero, ¿y si tú te sientes como Agar?

Agar solo había hecho lo que le habían mandado, ella siguió las órdenes y el resultado fue su destierro.

Agar huye.

Nadie ve lo acertado.

Nadie vio cuándo obedecí.

Nadie vio que intenté hacer el bien.

Pero Dios sí ve.

"Tú eres el Dios que me ve" (Génesis 16:13).

Yo vi tu aflicción, dijo Dios. No vio su error, así como tampoco ve los tuyos, sino el hecho de que te hayas levantado de nuevo a obedecer (Génesis 16:9-11).

Dios no vio la esterilidad de Sara, vio a una mujer madre de Reyes, porque Él no ve tu limitación como un obstáculo, más bien ve tu futuro. (Génesis 17:15-16).

Dios te está viendo, y no para condenarte.

Te aseguro que la mirada Suya sobre ti, es más compasiva de la forma en que tú mismo te miras.

Quita la mirada de tu limitación y ponla en Dios.