Bendecidos Con Su PazMuestra
Paz a vosotros
La paz es un tesoro que hace rico a quien la posee. No se consigue en mercados, ni en universidades, no se obtiene con esfuerzo ni con determinación. La paz de la que hablo es la paz de Jesús. Es la paz opuesta a la seudo paz que se recibe en este mundo.
Por eso, Jesús nos dice: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Jn. 14:27). Queda claro que el mundo pretende dar paz pero que esa paz es totalmente inefectiva. Podríamos decir que esa paz es un placebo, algo que parece ser pero no es y que deja a quienes la reciben igual de confusos y turbados.
Agraciadamente, la paz de Cristo es la que nos tranquiliza y nos hace descansar en Él. Por eso digo que si tenemos la paz de Cristo somos ricos, porque la paz es uno de los tesoros más valiosos que nos han sido dados por el Señor. Su vida, Sus enseñanzas, Sus santas palabras nos ubican en un lugar de plena confianza en Él.
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Jn. 16:33).
Sólo en Cristo podemos disfrutar de la paz verdadera. Porque esa paz no va a estar circunscrita a las circunstancias sino a la presencia de Cristo en nosotros. Cuando Jesús dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo nos dio una gran noticia. Porque, Él con nosotros, significa que podemos disfrutar de Su continua presencia y ser partícipes de Sus bendiciones.
La paz es el resultado de nuestra confianza en Él, y nuestra confianza viene de creer a Su Palabra. “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz". Cuando las cosas nos van bien sentimos que la paz del Señor nos inunda. Cuando los tiempos cambian y el alma se turba, la paz parece haberse ido lejos. Pero Dios, que es rico en misericordia, nos recuerda Su Palabra, nos lleva a Sus promesas y se presenta con todo Su amor y Su comprensión diciéndonos: “Paz a vosotros".
Demos gracias al Señor porque Su paz nos ayuda, y porque somos más que privilegiados de poseer ese gran tesoro que viene del cielo. “Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros” (2 Tes. 3:16).
Acerca de este Plan
Tener paz es poseer un tesoro, así que si la tenemos somos ricos, más de lo que nos pudiéramos imaginar. En este plan dejaremos que el Señor nos hable por Su Palabra y nos dé las herramientas que necesitamos para acceder a la paz que ya nos ha sido dada. Es el mejor lugar, mejor dicho el único lugar que nos puede dejar claro lo que poseemos en Cristo Jesús.
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