La Sabiduría De Los ProverbiosMuestra

¿Qué significa ser necio?

Proverbios expone la sabiduría como algo que todos necesitan. En cierto sentido, la sabiduría es como un cinturón de seguridad que nos libra de una catástrofe. En Proverbios, el que confía solamente en sus propias capacidades cae en el engaño de pensar que puede superar cualquier obstáculo que se interponga en su camino. Esta persona autosuficiente se contrasta con aquella otra que camina en sabiduría.

Es imposible ser al mismo tiempo sabio y considerar que nuestra capacidad está por encima de la búsqueda de la sabiduría. Quienes sobreestiman su propia sabiduría inherente nunca comprenderán una enseñanza esencial de Proverbios, a saber, que todas las personas necesitan instrucción.

Nuestra capacidad de tomar decisiones en la vida que demuestren que caminamos con el Señor se ve obstaculizada por nuestro deseo de actuar independientemente. Una de las maneras principales en que se ilustra este concepto en Proverbios es mediante la mención reiterada de personas que contemplan su camino de un modo que no refleja la realidad. Ser sabio, o hacer lo correcto, según la “opinión” de uno mismo, sin plantearse la verdadera sabiduría, es comparable a ser un necio.

Con el propósito de clarificar las cosas, es importante que digamos que los proverbios no se oponen unilateralmente contra el uso que hacen los humanos de sus facultades. Además de esto, los proverbios no sugieren que el “necio” carece de conocimientos. El “necio” podría ser perfectamente alguien con una buena formación, en el sentido de haber alcanzado un conocimiento cognitivo elevado por medio del estudio. Un necio es una persona que, equivocadamente, considera que su propia competencia humana está por encima de la sabiduría.

Esta inversión problemática se produce cuando los necios aprecian hasta tal punto sus capacidades que, bajo su punto de vista, es innecesario que reciban instrucción de cualquier tipo, o que aprendan de otros en cualquier sentido. Naturalmente, esto conduce a los necios a un estado desvirtuado en el que se perciben a sí mismos de determinada manera (normalmente, bajo una luz favorable), cuando la realidad cuenta una historia distinta. Dado que los necios piensan que lo saben todo, persisten empecinadamente en sus caminos, incluso después de escuchar la sabiduría. Según el necio, no tiene necesidad de sabiduría.