Adviento en familia de Infinitum: Semana 3Muestra
¿Qué significa RECIBIR algo? Imaginemos que te estoy dando un regalo envuelto (de nada :) ). La primera forma en que lo recibes es extendiendo tus brazos para tomarlo de mí. Pero entonces lo abres, y eso es otra forma de ‘recibir.’ Por ejemplo, si descubrieras que lo que había envuelto como regalo era una bolsa enorme de M&Ms, pero estaban cubiertos de tierra, no sentirías lo mismo que si te hubiera dado una bolsa enorme de M&Ms (¡los de mantequilla de maní ya que son mis favoritos y solo quiero lo mejor para ti!) sellada y totalmente limpia. Ahora… supongo que es posible que mis queridos M&Ms de mantequilla de maní sean asquerosos para ti, entonces, tal vez no ‘recibas’ mi verdadero regalo tampoco :). Pero, ¿entiendes el punto? Recibir es más que algo físico que haces con tus brazos. ¡En realidad es una condición del corazón!
Así que ahora imagina esto… Dios se apretuja dentro de un pequeño bebé humano y aparece en la tierra. NOSOTROS sabemos que esto fue un regalo que nos dio. Pero, ¿alguna vez has pensado en el hecho de que Dios tal vez se preocupaba o se preguntaba si lo RECIBIRÍAMOS a Él? Claro, podría asegurarse de que físicamente el Bebé Jesús fuera recibido. Pero, es igual cuando no puedes hacer que alguien sea tu amigo. Dios se preguntaba en la primera Navidad si sería recibido o no. O, si sería bienvenido.
¡Qué cosa tan valiente hizo!. Has intentado hacer un nuevo amigo antes ¡requiere coraje!
Al contar la historia de Navidad, siempre decimos: “Pero no había lugar para Él en el mesón”, cuando estamos explicando por qué Dios nació en un establo. Pero esta Navidad, me pregunto, ¿hay lugar para Él en nuestros corazones? ¿Hemos recibido a Jesús de la forma en que Él esperaba?
Tal vez hace algún tiempo invitaste a Jesús a tu corazón y tu vida, pero usemos nuestra imaginación por un momento… imagina tu corazón. En este lugar, guardas el amor que tienes por tu familia, las memorias que te traen gozo e incluso las memorias que todavía duelen al pensar en ellas. Usa tu imaginación para hacer un pequeño recorrido de tu corazón. ¿Hay algún lugar en tu corazón donde quizás no quieras que Jesús te acompañe en este recorrido?
Algunos nos ponemos incómodos cuando Jesús quiere hablarnos de nuestros errores. Para otros, sentimos que la obstinación empieza cuando Jesús quiere hablarnos de ser amables con ciertas personas. Otros, nos asustamos mucho cuando quiere hablarnos de ideas que tiene de cosas que podemos hacer para traer Su belleza al mundo.
No necesitamos tener miedo; Él es gentil y cariñoso y siempre seguro en cada rincón de nuestros corazones. Así que tal vez esta Navidad, el regalo que le puedes dar a Jesús es recibirlo (darle la bienvenida) por completo en tu corazón. En cada pequeño rincón y pasillo secreto.
Escrituras
Acerca de este Plan
Estamos llenos de expectativa a medida que nos acercamos a este tiempo de celebración con la intención de estar en sintonía con el corazón de Dios. Acompáñanos durante cuatro semanas mientras: contemplamos la belleza, rompemos barreras, hacemos espacio, y somos sorprendidos por Dios. Como todo lo mejor en la vida, este viaje es mejor si se comparte con otros—así que invita un amigo o dos y tu sentido de admiración y sumérgete en la temporada de Adviento.
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