Adviento con Infinitum. Haz lugar, semana 3Muestra

Darle un lugar a Jesús en nuestras vidas esta Navidad, significa darle un lugar a los demás. Jesús les dijo a sus seguidores que todo lo que hubiesen hecho por uno de sus hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por Él.

¿No sería hermoso recordar en esta Navidad que la Luz del Mundo vino, y no le cerramos nuestras puertas? Jesús dijo: “El que recibe en mi nombre a un niño como este me recibe a mí”.

La “bienvenida” tiene dos aspectos: la bienvenida física es el acto de abrir espacios y puertas. Dar acceso físico a otros. La bienvenida también tiene un aspecto invisible: la apertura de nuestro corazón. ¿A qué tipo de bienvenida sientes que debes darle lugar esta Navidad? ¿A uno físico? ¿invisible? ¿ambos?

Como seguidores de Jesús, estamos plenamente conscientes de cómo la vida y el amor de Jesús nos han bendecido y, con frecuencia asumimos que es nuestro alto desempeño espiritual lo que lo bendice a Él. Cuando Jesús cuenta la historia de las ovejas y las cabras, donde las "ovejas" bendicen su corazón con sus acciones, los ejemplos que da sobre "alto desempeño espiritual" son cosas como ofrecer un vaso de agua, compartir tu abrigo con alguien que tiene frío, o visitar a alguien en una situación difícil. Actos simples, no hay grandes gestos en la lista que nos da. Es el tipo de “bienvenida” o de “dar lugar” que comienza como una actitud genuina y surge de manera simple e íntima.

Darle lugar a Jesús en nuestros corazones, podría ser compartir la mañana de Navidad con una familia de refugiados, pero también podría ser escribirle una postal de aliento a una persona mayor. Ambos actos físicos de bienvenida dan lugar a la pertenencia y al cuidado de los hijos de Jesús en este mundo; ambos comienzan con darle lugar a Jesús en nuestros corazones.

¿De qué forma le darías un lugar a Jesús en esta Navidad?

¿A quién crees que Jesús tiene en mente para acomodarlo en ese nuevo lugar en tu corazón?