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Alabado sea el Señor

¡Alabado sea el Señor! En esas palabras está el poderoso comienzo y el fundamento de una vida bendecida. Ésta comienza con saber quién es Dios y alabarlo.

La alabanza siempre es un punto de partida. Significa agradecimiento. Es por eso que damos gracias antes de comer y comenzamos las reuniones de la iglesia con cantos de alabanza. Jesús dio gracias a Dios antes de que Lázaro fuera levantado de entre los muertos, y Moisés lo alabó antes de dividir el mar Rojo. A la naturaleza humana le gusta esperar hasta recibir una respuesta, pero la bendición comienza con la alabanza.

La Palabra de Dios nos dice: "Entremos por sus puertas y por sus atrios con alabanzas y con acción de gracias" (Salmo 100:4, RVC). Sin embargo, alabar al Señor no se limita a entonar algunos cantos una vez a la semana en un servicio de la iglesia. La adoración es un estilo de vida que abarca todo el espectro de la vida.

Puede alabar a Dios a cualquier hora del día, los siete días de la semana, en el automóvil, en la ducha o en mitad de la noche. No se trata de cantar un himno en particular o recitar una oración: se trata de una relación con su Padre Celestial que lo ama y se preocupa por usted.

Las personas tienen diferentes ideas de cómo es Dios y se comunican con Él de acuerdo con su percepción. Aquellos que piensan que Él es estricto y severo, mantienen su distancia. Otros, que lo ven como formal y ceremonioso, por lo general se acercan a Él de la misma manera. Sin embargo, quienes lo conocen como Padre y Amigo disfrutan de la bendición de una relación cercana e íntima con Él, una en la que usted puede recurrir a Él en cualquier momento. No importa en qué situación se encuentre, usted nunca está solo.

Las circunstancias pueden empezar a cambiar cuando usted comience a alabar a Dios. La alabanza no sólo lo pone a Él en el enfoque, sino que también hace que usted vea las cosas desde una perspectiva completamente nueva.

Alabar a Dios es más que una costumbre o algo que se hace sólo una vez. Es un estilo de vida de adoración: le permite enfocarse en Dios y cambia su perspectiva de las circunstancias que lo rodean. Así que póngase en marcha hoy en el llamado que Dios le dio con esta declaración como su fundamento:

"¡Alabado sea el Señor!"