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Esperar la oportunidad

Esperar los tiempos de Dios para no dejar pasar las oportunidades puede traer angustia o desesperación. Posiblemente, los discípulos de Jesús experimentaron eso cuando debían esperar hasta el día de Pentecostés para recibir al Espíritu Santo. Tal vez, a muchos les ganó la angustia y decidieron irse temprano, o se rindieron a mitad de la espera.

Solo aquellos que se quedaron en el lugar en donde tenían que estar y esperaron el tiempo de Dios pudieron recibir la oportunidad que Jesús les había dicho que llegaría. Esto nos enseña que hemos de estar dispuestos a esperar la oportunidad con paciencia en el lugar donde ocurren las cosas.

¿Estás dispuesto a esperar la oportunidad?