7 días para NavidadMuestra

Día 4: Un reino para siempre

Dios hizo un pacto con el rey David, el cual fue, que después de su muerte, él fortalecería el reinado de uno de sus descendientes. Este descendiente edificaría una casa (o templo) para Dios y su trono real sería afirmado para siempre. Esto tuvo un cumplimiento temprano en la vida del rey Salomón, pero dicha profecía también proyectaba un futuro alcance, aunque no tan distante.

Hay un descendiente de David que vendría. Él edificó para Dios una casa (o templo) con su vida y obra: ¡La iglesia! (Efesios 2: 19 - 22). Y es el único que puede tener un reino para siempre, puesto que Él está vivo y vivirá eternamente, después de haber conquistado la muerte para siempre (Apocalipsis 1:18). Por esto, el ángel Gabriel le dice a María con toda seguridad que el hijo que tendría era nada menos que el heredero del trono de David (Lucas 1: 30 - 33). ¡Jesús es el hijo de David prometido, cuyo reino es para siempre!

Preguntas de reflexión:

• ¿Qué otra parte de la Biblia declara que Jesús es Rey para siempre?
• ¿Crees que tu vida hoy está completamente rendida ante el Rey Jesús?