Para Esta Hora Naciste.Muestra

La historia de Ester en parte representa nuestra historia. La verdad es que Ester tenía un gran propósito y Mardoqueo fue una persona clave en su vida. Jesús desea usarnos con poder para traer bendición en este tiempo.

Ester luego de ganarse el favor y la atención del rey es la encargada de redactar un nuevo edicto. El rey le ofrece hasta la mitad del reino e inclusive los bienes de Amán. Pero Ester no está buscando tener algo, solo quiere salvar la vida de muchos. Siempre que estemos observando a quien bendecir, Dios va a extender Su mano porque está mirando nuestro corazón y nuestra actitud.

La suplica final de Ester era: “Si me dejaras vivir a mí porque soy la reina, pero aun así matases a todos los judíos de mi pueblo mi existencia no tendría ningún sentido”. Notemos a qué punto llegó su determinación que desestimó su propia vida para salvar a todo un pueblo (Ester 8:1-6).

Dios conoce de antemano lo que vamos a necesitar mañana, Dios lo conoce todo y nos dará los deseos de nuestro corazón. Esta historia está llegando a un momento cúlmine. Ester pone en juego su vida, pero Dios la exalta y el rey accede a su petición.

Esta situación nos recuerda mucho a Jesús que dio la vida por nosotros. Jesús estuvo dispuesto a humillarse hasta lo máximo para que luego el Padre lo exalte. Él tuvo una entrega completa. Cuanto más nos humillemos bajo la poderosa mano de Dios, nos entreguemos, Él más nos levantará y exaltará.

Llegó el momento de la verdad. Ester y Mardoqueo tiene en sus manos el compromiso de salvar millones de vidas (Ester 8:7-8). Dios permitió que caiga en las manos de Ester la responsabilidad de redactar un edicto. Debemos estar preparados para el momento de la verdad. Llegará el momento en donde estemos frente al momento de nuestra vida. La pregunta es, ¿estaremos preparados para lo que Dios nos llamó a hacer?