Te pareces a Dios…

¿Tienes hijos? Creo que, de entre todas las cosas que Dios nos da, los hijos son el regalo más precioso, más valioso que podemos tener.

Cuando camino por la calle, me gusta fijarme en las personas con las que me voy cruzando. Siempre que veo a una pareja con niños pequeños, me encanta buscar el reflejo de los padres en los niños.

¡No falla, siempre encuentro parecidos! Puede ser la expresión de los ojos, la forma de sonreír o la estructura del cuerpo: siempre puedo ver la imagen de los padres reflejada en ellos. ¡Es tan especial ver cómo Dios lo ha diseñado todo!

La Biblia dice que, al principio, Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…” (Génesis 1:26). Él se propuso crearnos de tal forma que Dios mismo pudiese ser reflejado y visto a través de nosotros.

Querido(a) amigo(a), quizás te sientes derrotado(a) por las dificultades de la vida, así como por tus propios fallos, y tienes dudas acerca de tu valor.

Pero en este día, quiero animarte y recordarte: ¡Eres un(a) hijo(a) de Dios, y tienes un valor inestimable a Sus ojos! Llevas la imagen de Dios.

¡Sí, Dios te imaginó a Su imagen! Él te ha diseñado perfectamente. Él te ha creado con una personalidad y con unos rasgos únicos. Él ha puesto Su imagen en ti, para que todo el mundo pueda verla. ¿No es precioso?

Levántate hoy, dejando atrás los fracasos del pasado, y empieza a caminar con confianza. ¡Que todo el mundo pueda ver la imagen de Dios reflejada en tu vida!

Te llevo en mi corazón, querido(a) amigo(a).

¡Eres un Milagro!
Christian Misch