Te reto a que saltes
3 días
Muchas veces los planes de Dios pueden parecernos “locos”, y nos da miedo lanzarnos a ellos y saltar. Si Dios es quien nos ordena hacerlo, ¿no estará allí para nosotros? A través del ejemplo de Abraham, veremos cómo se la jugó y decidió obedecer a Dios ciegamente, sin saber lo que le esperaba. Abraham alcanzó las promesas de Dios gracias a su gran fe. ¿Y tú? ¿Te animas a saltar?
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