La Belleza De Saber Vivir - Primer Paso La AceptaciónMuestra
Muchas veces escucho a personas refiriéndose a la aceptación como si se tratase de lo mismo que la resignación. Aceptación no es sinónimo de resignación, por el contrario es conocer y reconocer la realidad, es asumir la responsabilidad de esa realidad, es el arranque que nos lleva al cambio, porque asumiendo las dificultades o desventajas, así como las bondades de nosotros mismos y de nuestro entorno, es cómo podemos mejorar y eso nos va a llevar directamente a sentir y a desarrollar confianza.
Entonces quiero dejarte muy claro que la aceptación no es sinónimo de conformismo o de resignación. Tampoco es compasión. No es “así soy yo y así me quedo”, ni tampoco "las cosas son así y así se quedan”.
Solo cuando tú te aceptas o aprendes aceptar a otros, es cuando podrás enfrentar tus debilidades o la de los demás. Aceptarte o aceptar a los demás, no significa que te agrade la manera en que eres o lo que haces actualmente en tu vida. Sin embargo, si implica asumir la realidad de manera que logres entender mejor el panorama, las dificultades, las desventajas y trabajar con las herramientas adecuadas para lograr cambios positivos.
Es vital recordar siempre que Dios nos hizo a su imagen y semejanza como nos señala en el libro de Génesis 1-27 “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” También Dios nos alienta a aceptar a los demás como nos dice en Romanos 15:7 “Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó para gloria de Dios.”
En la Biblia encontramos muchas historias de hombres y mujeres que tenían batallas internas como todo ser humano. A pesar de que estos personajes bíblicos no se valoraban y seguramente tenían una baja aceptación de ellos mismos y de los demás, Dios se manifestó en sus vidas con un propósito y un fin eterno.
Por ejemplo la Biblia nos habla de un hombre a quien Dios había escogido para ser el Rey Saúl, pero cuando el profeta Samuel le dice que seria ungido para ser el Rey de Israel el contestó:
“Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? ¿Y mi familia no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? Por qué, pues, me has dicho cosa semejante? 1 Samuel 9:21
Al no aceptarse ni valorarse, Saúl paso toda su vida sin comprender todo lo que Dios le había otorgado. Eso hizo que Saúl se convirtiera en una persona acomplejada, celosa de los demás como justamente le pasó con David a quien persiguió siempre, porque tampoco aceptó la voluntad de Dios para otros.
Te invito a imaginar la aceptación como si fuera un camino que tiene 3 calles principales:
La primera calle son los cambios. Lo más importante es que cuando entiendas la importancia de la aceptación comprenderás que la vida siempre tiene cambios. Necesitas estar preparado para que no te sorprendan, además muchos cambios son más positivos de lo que tú piensas.
Si ves esos cambios con miedo, te saldrás entonces del camino principal y empezarás a rodar por el peor de todos los caminos, el temor. Este camino te paralizará e impactará tu conducta y las decisiones que tomes en tu vida. El temor siempre te engaña, te debilita, te roba las fuerzas necesarias para perseverar. Tu necesitas ignorarlo y si caes en un hoyo, es vital rápidamente dar media vuelta y tomar el camino seguro.
La segunda calle es la actitud positiva. Esto solo se puede obtener y reflejar cuando decides aceptar las situaciones que atraviesas a pesar de que no te agraden. Sin aceptación es muy difícil tener una actitud positiva.
La tercera calle que necesitas recorrer es la humildad. Con la humildad podrás levantarte cuando te sacudan las agonías o tristezas. La humildad se conecta con el camino de la aceptación para comprender asi los momentos que se viven. Por cierto, quiero dejar muy claro que la humildad no tiene nada que ver con la baja autoestima ni con la pobreza. La humildad es vivir y caminar con la verdad.
Dios esta allí a tu lado para indicarte el camino de la verdad a través de Su Palabra. Esta será siempre tu guía para todos esos momentos o circunstancias que te encontrarás en tu andar. Y si te pierdas, si te caes, si no sabes que hacer, recuerda Dios estará allí para indicarte la manera de volver al camino seguro.
Acerca de este Plan
En muchas ocasiones no encontramos razón a circunstancias muy difíciles que golpean nuestra vida. Yo a pesar de no entender muchas cosas en mi infancia y adolescencia, decidí buscar a Dios. A través de mi relación con Dios pude reconocer los pasos para apreciar La Belleza de Saber Vivir. Hoy te quiero invitar a recorrer conmigo el primer paso; La Aceptación.
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