Localizacion ActualMuestra

¡Siempre estás ocupado! Te levantas temprano al trabajo, comes y duermes… Y así sucesivamente, un día tras otro, todo es igual.

Esperas ansiosamente el fin de semana para pedir tu comida favorita, mientras haces una maratón de series en Netflix. ¡Y de pronto! Ya es lunes otra vez.

Te llegas a sentir mal agradecido por tener un trabajo y provisión en la mesa, pero en el fondo de tu corazón anhelas encontrar algo más. ¡Porque te sientes vacío!

¡Esto amigos, es más común que un congestionamiento vehicular de un viernes a las 5 pm en el centro de la ciudad!

Aunque muchos prefieran disfrazar ese sentimiento, con conversaciones superficiales con otros, dedicando de 1 a 3 horas diarias para ver memes o Tiktok y sentir un poco de Serotonina (Hormona de la felicidad). Yo he estado ahí y por un momento se siente bien, pero sin ofender, siento que es algo tan pasajero y hueco, que nos desvía.

Es una imitación de la vida que Dios está interesado en que tengamos y el Espíritu Santo que vive dentro de mí, me ha recordado que se puede estar en paz y gozo, cualquiera que sea nuestra situación. Tener una vida plena y hacer de la monotonía de trabajar, comer, pagar tus recibos, un motivo de agradecimiento y porque no, ¡contagiar a otros!

Pero para ello, lo primero que debemos hacer es reconocer que estamos viajando con piloto automático, nos estamos moviendo, pero no necesariamente avanzando.

Quizás estemos como Marta, tan ocupada queriendo servir a Jesús pero tan alejada de Su regazo.

Necesitamos verificar el camino y reconectarnos con la señal del GPS.