4 Maneras De Pelear Limpio en El MatrimonioMuestra

Crea la Cultura del Perdón con Gracia

¿Alguna vez has tenido que pagar algo que supuestamente era gratis?

Cuando apareció por primera vez un popular servicio de televisión en Internet, tuve varios amigos que rápidamente lo contrataron. El servicio de transmisión tenía clásicos para ellos y nuevas películas y programas divertidos para sus hijos, todos ganaban. A unas semanas de su lanzamiento salió que los miembros de mi compañía de telefonía móvil regalaban a sus miembros un año de acceso gratuito a este servicio de streaming, y fue entonces cuando me inscribí gratis.

Fue meses después cuando mis amigos hablaban de los costos de su servicio de streaming cuando me di cuenta de que estaban pagando por este servicio de televisión en internet a pesar de que también eran miembros de mi misma compañía de telefonía móvil. ¡Se perdieron el trato! Estaban pagando por algo que se suponía que era gratuito para ellos. Naturalmente, se enfadaron.

Como cristianos, tenemos la bendición y gran misericordia de ser perdonados. También somos llamados a perdonar a otros de la misma manera que hemos sido perdonados. El perdón tuvo un costo alto para Jesús, pero a nosotros no nos costó nada. Es gratis por Su sacrificio.

Mi pregunta es la siguiente: Si el perdón es gratis, ¿por qué terminamos cobrando en nuestros hogares para obtenerlo?

No siempre usamos el perdón como gratis cuando se trata de perdonar a otros. Queremos el perdón gratis para nosotros, pero queremos que otros paguen cuando nos han hecho mal.

Le cobramos a nuestro cónyuge con nuestras actitudes y desaires cuando se equivocan. Le dejamos de demostrar amor y efecto hasta que paguen un precio. Esperamos que haga cosas cuando nos ha dañado antes de que se nos dispongamos a extender nuestro perdón.

Pero, ¿cómo sería perdonar realmente sin condiciones en tu hogar? ¿Cómo sería crear una cultura del perdón en tu familia?

Parte de pelear limpio es la reconciliación. Y el perdón es la piedra angular de la reconciliación.

Creo que el primer paso a perdonar con libertad comienza con las expectativas.

Todos tenemos altas expectativas de nuestros cónyuges, pero hay una que la mayoría de las parejas fallan en tener en el otro: fallamos en la expectativa que nuestro cónyuge necesita a Jesús, nuestro cónyuge es un pecador, es imperfecto/a, no le va a salir todo bien siempre. Él o ella necesita a Jesús hoy y lo va a necesitar cada día por el resto de su vida no importando el esfuerzo que le ponga (¡Igual que tu!).

Nuestro cónyuge necesita el perdón de Jesús y el tuyo, no en el caso hipotético de fallo, sino cuando te falle. No importa cuánto tiempo lleves casado o cuán excelente sea tu cónyuge, nunca dejarás de necesitar perdonarlo porque te defraudará.

Es saludable estar consciente que tu cónyuge necesita de Jesús y que falla. Parte de crear una cultura de perdón incondicional en tu hogar es tener súper claro que tu cónyuge es un pecador, que te falla y que necesita a Jesús.

Cuando tu expectativa es esta, entonces será más fácil decir. “Está bien, te perdono”, porque el error no viene de sorpresa cuando sabes que es humano/a y peca.

¿Cómo sería dejar de cobrar por el perdón y, en cambio, hacer del perdón libre un lema en tu casa?

Desafío: Ora pidiéndole a Dios que te ayude a crear una cultura de perdón incondicional en tu hogar. Habla con tu cónyuge para ver cómo aplicarlo de manera práctica en su hogar.

PREGUNTAS DE APLICACIÓN

1. ¿De qué manera has "cobrado" el perdón de tu cónyuge en el pasado?
2. ¿Cómo puedes recordar que tanto tú como tu cónyuge siempre necesitarán a Jesús?
3. ¿Cómo quieres que sea el perdón en tu hogar?
4. ¿Hay algo que necesites perdonar hoy a tu cónyuge? Acude a Dios y pídele que te ayude con eso.

Recursos:

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