Cómo Superar La AnsiedadMuestra

Diseño divino

En definitiva, la ansiedad trata de protegernos de las cosas que creemos que amenazan nuestro bienestar. Pregúntate: ¿Qué es lo que parece amenazar mi bienestar? En concreto, ¿qué desencadena la ansiedad? Piensas en ello por un momento. ¿Es la cantidad de trabajo que tienes que hacer, algún problema con un amigo? O es porque te estás preguntando qué piensan los demás de ti. En última instancia, la ansiedad no es tu problema, es tu solución para tratar de encontrar seguridad, para evitar el rechazo o el fracaso, para protegerte.

Nuestros cerebros están programados para ayudarnos a sobrevivir y protegernos. El miedo y la ansiedad son formas en que nuestros cerebros tratan de evitarnos la angustia, la tragedia o la pérdida. Estamos creados para experimentar seguridad. Si no experimentamos seguridad, nuestro cerebro seguirá reaccionando, provocando ansiedad para motivarnos a encontrar una solución, una y otra vez. Esto conduce a vías neuronales fijas en nuestro cerebro para reaccionar ante la vida.

Pero ese no es el final de la historia; tengo buenas noticias. Al igual que Dios diseñó nuestros cuerpos físicos para que se sanen cuando tenemos un rasguño, también diseñó nuestras almas y nuestras mentes para que se sanen. El cerebro puede ser reconfigurado y la ansiedad puede ser superada.

En las últimas décadas, los neurocientíficos descubrieron algo que llaman neuro plasticidad. Significa que tu cerebro es una especie de plástico; la neuro plasticidad se refiere a la capacidad del cerebro de cambiar y reconfigurarse. Nuestros cerebros no son inmutables. Nuestras reacciones, comportamientos y luchas no son eternamente inmutables.

Esta es una de las razones por las que la Biblia dice en Romanos 12:2: «... Dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar». De la misma manera que las decisiones repetidas conducen a caminos neurológicos fijos, cuando elegimos responder en una nueva forma, calmamos nuestras mentes y cuerpos, tomamos medidas para sanar, podemos crear nuevos caminos. No tenemos que quedarnos estancados en nuestras preocupaciones. Podemos presentar nuestras preocupaciones a Dios y ocupar nuestra mente con la verdad. Con el tiempo, podemos experimentar la paz en lugar de la ansiedad.

Dios, por favor obra dentro de mí para renovar y transformar mi mente.