Paz En La TormentaMuestra

Jesús no solo tiene el poder de darnos una paz real y profunda sino que también tiene el poder de calmar las tormentas de nuestra vida.

En el versículo que estudiamos hoy encontramos a los discípulos en una situación complicada.

Marcos relata que después de un largo día de enseñanza Jesús les dijo a los discípulos que cruzaran al otro lado del lago de Galilea. Ellos subieron a la barca con Él y comenzaron el viaje.

En algún momento de la noche se desató una fuerte tormenta, tan fuerte que parecía que la barca se hundiría.

Los discípulos eran pescadores experimentados, sin embargo esta tormenta los estaba asustando, quizás nunca habían visto algo así. No importa cuanta experiencia tengamos en la vida, siempre habrá algo que intentará asustarnos y robarnos nuestra paz.

Mientras tanto, Jesús no estaba preocupado, en realidad Marcos relata que Jesús estaba dormido en la popa. Él no estaba preocupado por lo que estaba sucediendo. Jesús eligió descansar porque estaba cansado después de un largo día y tenía Su fe y confianza puestas en Dios.

Imagina la reacción de los discípulos. Jesús estaba dormido mientras ellos estaban en peligro de morir. Ellos luchaban por sus vidas y ¡Jesús estaba dormido!

En algunas ocasiones mientras atravieso dificultades tiendo a pensar que quizás Jesús está dormido mientras yo sufro. Pero el Espíritu Santo me recuerda que Él está en control de todo.

Cuando estamos en problemas y no podemos salir de ellos nosotros mismos y comenzamos a vivir bajo una total y profunda dependencia de Dios, entonces Él revela Su poder.

Nada de lo que ocurría a Su alrededor despertó a Jesús, lo único que pudo hacerlo fue el clamor de los discípulos asustados por las olas.

El clamor de un hijo siempre mueve el corazón del Padre.

Cuando las tormentas vienen a mi vida clamo a Dios y tengo fe que Él traerá la paz que mi corazón necesita.

¿Por qué estás clamando hoy?