La Biblia en un AñoMuestra

Reflexión: SOMOS CUSTODIOS DE UN INMENSO TESORO

"He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza" (Apocalipsis 16:15).

Qué maravilloso es saber que somos afortunados cuando velamos, pero ¿qué términos encierra la acción de velar? Una de las definiciones dadas es: “custodiar, cuidar con esmero”.

Si un transporte de recaudación de caudales circula por las calles, se puede observar que está rodeado de custodia, y cuando una persona es muy importante o famosa pone custodia para que nada ni nadie pueda hacerle daño.

Cuando ese significado de velar, invadió mi corazón y mi intelecto un gran deseo de estar en todo tiempo alerta cuidando y custodiando el tesoro más preciado: la salvación que recibí cuando Jesús entró a hacer morada en mi corazón.

Hoy es un día para recordar aquel momento que marcó un antes y un después en tu historia, el día en que decidiste abrir la puerta del interior de tu ser para desnudarte por completo delante del Creador y dejar que Él sane cada herida, limpie lo que se encontraba sucio, restaure lo que se hallaba destruido, y ordene lo que estaba en completo caos. Ese día Dios transformó tu vida y llenó de esperanza todo tu ser. Le dio un nuevo sentido y propósito a tu caminar por este mundo.

¿Cómo no cuidar este tesoro tan inmenso?

Desafío: Te animo a que puedas cada día, velar, cuidar, custodiar el regalo más preciado: tu salvación. Y si aún sientes que ese tesoro no te ha sido entregado, te aliento a que puedas invitar a Jesús a ser parte de tu vida.