La Biblia en un AñoEjemplo

Reflexión: EL MAL DE LA CODICIA

"No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo" (Éxodo 20:17).

El Señor nos dejó diez mandamientos para que nosotros los cumplamos. Cuatro de ellos, son concernientes a la relación con Dios y los otros seis, más bien hacia las personas. Es interesante recordar que Jesús aclaró que no vino para abolir la ley, sino para cumplirla, por lo tanto nosotros también debemos recordarla, ponerla en práctica y enseñarla a las demás generaciones.

En esta ocasión Dios manda no codiciar ni la casa, ni la mujer, ni los bienes del prójimo.

Codiciar habla de “anhelar; pretender tener algo que, en este caso, le pertenece a otro”.

Hay personas que no les basta con lo que tienen, sino que desean también lo de los demás. En otras ocasiones en lugar de mirar con admiración o respeto lo que ha alcanzado el otro, en tal caso para tomarlo de ejemplo, pretenden tener lo que es suyo. Parece absurdo, pero es más frecuente de lo que nos imaginamos. Por algo el Señor lo pone como un mandamiento.

Es que un corazón vacío de propósito tiende a querer lo que es de otros. Por esta razón es que hoy te invitamos a reflexionar: ¿Estoy siendo agradecido con lo que tengo en la vida?

Desafio del día: Toma un momento para agradecerle al Señor por la casa, la familia y todo lo que Él te ha dado en este tiempo.