La Biblia en un AñoEjemplo

Reflexión: LA CLAVE ESTÁ EN LA ORACIÓN

"¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados" (Santiago 5:13-15).

Qué extraordinario es saber que la oración de fe produce respuestas favorables. La Biblia explica cada momento de la vida y los relaciona con su correspondiente oración. Estás triste: ora; estás contento: canta; estás enfermo: pide que alguien espiritual ore por ti; te equivocaste: permite que oren por ti, déjate restaurar. ¡La oración desata poder! Pero recuerda que debe ser un hábito en tu vida, no un momento fortuito.

El libro de los Salmos, por ejemplo, está lleno de oraciones y cánticos al Señor. David era un hombre que sabía ir a Dios en toda circunstancia. Todo en la vida requiere oración; es decir, que nos relacionemos con Dios en la cotidianidad de la vida. Hay personas que solo oran cuando tienen problemas, y otras, únicamente le agradecen cuando algo salió como querían. Y en el medio: un silencio que aturde. Dios es un ser maravilloso; es además, nuestro Padre, amigo, consolador... ¿Qué será lo que no nos permite cada día ir en oración a Él?

Recordá: orar no es quejarte, o llorar, o decir una frase hecha de manera religiosa. Orar es hablar con Él, y pedir también que otros te ayuden a elevar tu necesidad delante de Su presencia. Anímate a tener una relación profunda con Dios a través de la oración.