Soy una reina en Su Reino

Por medio de Jesucristo fuimos hechas reinas y sacerdotisas al servicio de Dios Padre.

Hablemos de los reyes. En el caso de los reyes de la historia, y aún los reinados que quedan en este tiempo, se le otorga un poder hereditario, que ocurre cuando el predecesor muere. Debe haber muerte para que entonces haya herencia.

Y Dios en Su amor, y soberanía, se sujetó a esa norma, para que, por medio de la muerte de Jesús, Él fuera coronado en gloria, y nos pudiera otorgar un poder heredado de reyes.

¡Qué gran privilegio, y qué gran responsabilidad! Somos representantes del Reino de reinos. Somos responsables de mostrar un reino igual al establecido en la eternidad. No es tan solo disfrutar de los beneficios del Reino, sino también reflejar lo que el Reino ES.

Solamente el que reina y gobierna conforme al Reino de los Cielos, es el que puede ser sacerdote. Dios te llama Su reina.

Oración de hoy:

Gracias Señor y Rey de mi vida, porque me has dado una herencia. Me has dado un lugar como reina que debo ocupar. Quiero hacerlo bien. Quiero reflejar lo que Tú eres. Fortalécete en mi debilidad. Hoy pongo a Tus pies lo que soy, para que no sea más yo, sino que seas Tú.