Habla a Mi Corazón, Señor JesúsMuestra

Palabras de vida

"¡Cuida tu boca!"

¿Alguna vez has sido castigado con ese dicho? Qué recordatorio: todos necesitamos observar lo que decimos, cómo lo decimos y a quién lo decimos.

Las palabras que pronunciamos tienen poder; Provocan alabanza o condenación, aprobación o desaprobación, vida o muerte.

Si mostramos falta de atención a nuestras palabras, también mostramos una falta de cuidado hacia las personas. Corremos el riesgo de abrir nuestras bocas a palabras necias, en lugar de permitir que la sabiduría repose en nuestros labios (Proverbios 14.3). Si nos entregamos al chisme o denigramos a los demás, en privado o en público, socavamos nuestra propia integridad. Debemos hablar y escuchar con amor, difundir la verdad y no encender el fuego de la discordia ni el resentimiento.

El Hablar y el uso de nuestras palabras puede afectar personas y situaciones. Involucre su mente en el proceso antes incluso de hablar una sílaba. Filtra todo a través de la Biblia y que el Espíritu de Dios te dirija. Sea intencional y no descuidado en su conversación.

La Palabra de Dios nos prepara para "el día del juicio [cuando] la gente dará cuenta de cada palabra descuidada que hablan, porque con tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado" (Mateo 12.36-37).

"Una palabra descuidada puede encender la contienda, una palabra cruel puede arruinar una vida, Una palabra amarga puede terminar en odio, una palabra brutal puede herir y matar Una palabra graciosa puede suavizar el camino, una palabra alegre puede iluminar el día. Puede disminuir el estrés, una palabra de amor puede curar y bendecir. " ~ Desconocido

Una vez que hablas, tus palabras nunca pueden ser recuperadas. Mídelas cuidadosamente antes de pronunciarlas. Habla vida a los que encuentres.

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