Biblia Anual (Mes 7)Muestra

DAVID Y SUS HIJOS

En la lectura de ayer, leíste sobre la forma en que David planeó matar el esposo de Betsabé para tomarla como mujer. De esa relación nació un pequeño que en la lectura de hoy verás que muere y eso trajo un dolor inmenso a David. Sin embargo, la manera en que él enfrento la muerte de su hijo nos enseña que ante una pérdida tan grande, lo primero que debemos hacer para salir de esa tristeza es adorar a Dios. Puede que sea difícil adorar a Dios cuando las cosas van mal, sin embargo, eso es lo que Dios espera de nosotros. David había actuado de manera injusta y Dios permitió que todo esto sucediera para que viera lo injusto que había sido.

Hay un momento en toda tentación que uno puede cerrar la puerta para no caer en pecado, un ejemplo de esto lo vamos a leer en la historia de Amnóm y Tamar. Tristemente, Amnón no cerró la puerta al pecado, sino que cedió ante la tentación y violentó a su propia hermana. Dos años después de la violación, Absalón (hermano de Tamar por parte de madre y padre) tomó venganza por su hermana, y mandó a matar a Amnón. Este suceso creo una división entre los hijos de David debido a que él como padre y autoridad, no hizo justicia contra Amnón, tampoco hizo justicia contra Absalón. Con estos hechos, David perdió a dos hijos: uno que muere y otro que sale exiliado.

El no poner orden en las conductas de nuestros hijos, acarrea calamidad y destrucción a toda la familia. La recomendación de hoy para tu vida es que tu corazón como padre o como madre, no te gane al momento de hacer lo correcto respecto a la disciplina de tus hijos. Amnón y Absalón, son muestra de que la piedad, el corazón temeroso a Dios no se hereda, no es una característica que se transmita por genética, eso se enseña en la práctica y con la aplicación de disciplina a tiempo. David, a pesar de tener un corazón conforme al de Dios, también tuvo problemas con la conducta de sus hijos. Cada vez que ores, no olvides orar por tus hijos, que Dios les ayude en su vida a tomar decisiones correctas, a resistirse a la tentación y les de valor para siempre hacer lo bueno.