Introducción a La Apologética CristianaMuestra
La Creación (Segunda parte)
¿Cómo pudo saber el escritor de Génesis que el mundo tuvo un principio, que no era eterno, si la gente de su tiempo creía en la eternidad de la materia? ¿De dónde sacó esta idea? ¿Quién se la inspiró, miles de años antes de que la ciencia lo descubriera?
La creación ex nihilo, o creación a partir de la nada, es una doctrina absolutamente única de la revelación bíblica. Frente a las diversas teorías e interpretaciones cosmológicas sobre el origen del mundo, la Biblia empieza con estas simples palabras: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra».
Algunos pensaban que el cosmos era eterno, como ciertos filósofos griegos; otros creían que Dios lo hizo a partir de materia preexistente, como Platón; los gnósticos sirios estaban convencidos de que se produjo por emanación de la sustancia divina y, en fin, los panteístas creen hasta el día de hoy que la creación sería la apariencia que adopta Dios, porque creen que el mundo es Dios.
Las explicaciones científicas que se proponen para dar razón de los diversos cambios que ocurren en el cosmos y en la naturaleza son y serán siempre incapaces de explicar también la propia existencia de las cosas. ¿Cómo llegaron a ser desde la nada? ¿Por qué existe algo en vez de nada?
Todas las variaciones y proposiciones cosmológicas no son más que especulaciones teóricas. Tal como escribe, con cierta ironía, el divulgador británico Bill Bryson: «El resumen de lo que dice la cosmología contemporánea es que vivimos en un universo cuya edad no podemos calcular con seguridad, rodeados de estrellas cuyas distancias no conocemos, llenas de materia que no podemos identificar, y operando conforme a leyes físicas que no comprendemos verdaderamente».
Ante tanta especulación humana, la Escritura dice en el Antiguo Testamento: «Por la palabra de Dios fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca. (…) Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió» (Sal. 33:6, 9). Y en el Nuevo Testamento: «Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía» (He. 11:3).
Es un acto de fe creer que Dios creó el universo, que las cosas visibles procedieron de las que no se ven. Pero este acto de fe, de aceptar que Dios creó el mundo de la nada, puede condicionar toda nuestra existencia. Si Dios creó el cosmos, este mundo le pertenece y Él sigue estando en el control de todo. Esto significa no solo que debemos tratar la naturaleza con respeto y responsabilidad, sino también que cada uno de nosotros sigue estando en las manos de Dios.
Escrituras
Acerca de este Plan
Vivimos en un mundo cada vez más hostil a la fe. ¿Qué podemos hacer los creyentes? A través de este plan de lectura de 10 días, descubrirás algunas de las afirmaciones más importantes de la Apologética para defender tu fe con mansedumbre y convicción. Este plan es un extracto del libro "Introducción a la apologética. La evidencia de Dios", de Antonio Cruz.
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Nos gustaría agradecer a Editorial CLIE por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://bit.ly/3MUSumw