Cristología Del Nuevo Testamento: Jesucristo Es El SeñorMuestra
Los nombres de Jesús: títulos cristológicos (Segunda parte)
Hijo de Dios
La confesión que Jesús es el Hijo de Dios es una afirmación teológica de gran importancia en el estudio de la cristología. Es una manera directa de reconocer la relación íntima entre Jesús y Dios, además de poner en evidencia que el Señor es el agente divino para implantar la voluntad del Eterno en medio de la historia de la humanidad. Y esta significativa comprensión de la naturaleza de Jesús se revela temprano en la literatura neotestamentaria (Hch 13.33).
Hijo del hombre
La expresión que tradicionalmente se ha traducido en las Biblias españolas como “hijo del hombre” proviene del arameo (bar nashá o bar enasá), cuyo sentido literal debe ser “hombre, persona, individuo o ser humano”. En efecto, esta expresión “hijo de hombre” es una especie de sustituto del pronombre personal “yo”, pues se utilizaba en arameo como una alternativa para la identificación propia, por razones de modestia o alguna reserva. La frase bíblica es una manera genérica de referirse a la “persona”, en el sentido de un individuo de la especie humana.
De acuerdo con las narraciones en los cuatro Evangelios canónicos, Jesús utilizó la expresión de forma reiterada para referirse a Sí mismo. Únicamente en los Evangelios sinópticos la utiliza en sesenta y nueve ocasiones. Era una manifestación adicional de Su sencillez y humildad. Jesús era “hijo de hombre”; es decir, un ser humano.
Otros analistas relacionan la expresión con el libro de Daniel y descubren percepciones apocalípticas y escatológicas en la expresión que no debemos subestimar ni ignorar. El capítulo 7 de Daniel afirma que al final de los tiempos vendrá un representante de Dios, con aspecto humano (en arameo, como “hijo de hombre”), para establecer el Reino de Dios en medio de la historia.
Hijo de David
El título Hijo de David (en griego, huios Dauid) es una referencia directa a Jesús como el Mesías que proviene de la casa del rey David. Y se relaciona directamente a la promesa que hizo el profeta Natán al famoso rey de Israel (2 Sam 7). La importante promesa profética fue en torno a su reinado, pues no tendría fin y proseguiría en la vida y las acciones de sus descendientes. De esa importante profecía, en las comunidades judías antiguas surge la esperanza mesiánica en un monarca de esa dinastía que llegaría al mundo para establecer un reino eterno e implantar la voluntad divina en la tierra.
Acerca de este Plan
Jesucristo es el Señor: esa fue la afirmación más poderosa de los primeros cristianos. A través de este plan de lectura de 10 días, podrás descubrir algunos puntos centrales de la cristología (es decir: la reflexión sobre la persona y la obra de Jesucristo), a través de todo el Nuevo Testamento. Este plan es un extracto del libro "Jesucristo es el Señor. Cristología del Nuevo Testamento", de Samuel Pagán.
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Nos gustaría agradecer a Editorial CLIE por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://bit.ly/3z0GHio