Enfrentando La AdversidadMuestra

Adorable Salvador

Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano.

Salmo 139:5

La vida me ha demostrado que Dios está a mi lado, aun cuando no le he buscado. He descubierto que el amor de Dios es incondicional y constante en nuestras vidas. La protección de Dios nos envuelve por completo; Él nos cubre, nos cuida.

Recuerdo una situación muy desagradable durante mis estudios universitarios. Había escrito un ensayo que me había tomado un mes hacerlo, durante ese tiempo visité el centro de soporte a la escritura de la Universidad todos los días. Estaba muy feliz con mi resultado. Cuando le muestro “mi obra maestra” a mi profesora, ella me responde: "Elizabeth, tú no eres capaz de hacer algo así, no creo que sea tu trabajo y lo reportaré como plagio a la decana de la facultad". Para ese tiempo ya la vida me había enseñado que hay muchas soluciones a las adversidades, darme por vencida nunca será mi opción. Así que luche por mis derechos y todo fue aclarado. Dios me cuidó, me orientó, de eso estoy segura.

Mi vida ha estado llena de constantes “NO” como respuestas.

· "No podrá vivir", les dicen a mis padres a los pocos días de nacer.

· "No será una niña normal, será un vegetal', le informan cuando me llevan de regreso a casa después de los 28 días en coma.

· "No podrás aprender", me dicen cuando comienzo la escuela.

· "No eres igual que nosotros, eres retardada mental y estúpida", me dicen mis compañeros de clase en la escuela primaria.

· "No podrás estudiar en la Universidad, no tienes la capacidad", me dicen cuando comienzo mi proceso de admisión a la Universidad.

Para cada uno de los “NO” que recibí de la sociedad, Dios tenía un gran SÍ preparado para mí. Decidí concentrarme en el amor de Dios y Su mensaje. Sin lugar a duda, cambié mi manera de pensar y cambió mi manera de vivir. Dios nos dice: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto" (Romanos 12:2).

Reflexionemos juntos:

Ante tantos NO, Dios fue fiel a Sus promesas y dejó claro Su gran SÍ para mi vida. Y es precisamente el SÍ de Dios lo único que necesitamos para enfrentar los grandes retos de la vida. Las adversidades nos persiguen, mi padre me dice que las adversidades construyen nuestra vida. He aprendido a ser fuerte y a perdonar. Me hace muy bien ponerme en el lugar de los demás. Las dificultades son oportunidades, eso es lo que he aprendido. Dios ha prometido que Él está a nuestro lado en todo momento. Siempre existe algo positivo en medio de la gran tormenta. Dios nos cuida. Esto es lo que tenemos que descubrir, Su voluntad que es siempre buena, grata y perfecta.