Jocabed, Madre obediente y determinadaMuestra
Jocabed, madre determinada
Jocabed ya conocía el plan de Dios para su familia. Ella nos enseña, qué más allá, de tener un corazón obediente se necesita ser determinada.
Muchas veces damos pasos de obediencia, y es probable, que sintamos frustración al no ver resultados inmediatos. Así lo hemos aprendido en esta vida instantánea, pero, ¿nos hemos tomado el tiempo para ser determinadas?
Jocabed, había notado una hermosura excepcional en su hijo. No era, tan solo, la hermosura que vemos las madres en nuestros hijos, ¡no! Esta hermosura provenía del propio corazón de Dios (He 7:20). Lo que esta mujer veía era el plan de Dios, trazado, para su hijo, desde la eternidad.
No cabe duda, que los retos que vivimos las madres, hoy día, los podremos superar, una vez que podamos ver el plan de Dios en la vida de nuestros hijos. La pregunta es: "Mamá, ¿ves la hermosura de Dios en tus hijos?, ¿ves el plan eterno para tus hijos?".
Jocabed no se quedó quieta. En su determinación, no contempló la muerte para su hijo, todo lo contrario. Esta mujer, más que nunca, sostuvo su fe y su esperanza en lo que Dios le había dado.
Resulta, que el bebé había crecido un poco y no podía ocultarlo más en su hogar. Es entonces, cuando comienza actuar en fe, con determinación, sin cuestionar. (Confieso, que ya a este punto de la historia, yo hubiera hecho muchas preguntas). Sin embargo, Jocabed no lo hizo así. ¡Cuánto podemos aprender de esta valiente mujer!
Esta madre no se quejó, sino que estructuró un plan. Un plan inspirado por Dios. Ella no se enredó buscando quién podía prepararle una canasta de rescate para su hijo. ¡No!, ella hizo la canasta. Y chicas, en aquella época no habían “tutoriales” de cómo hacer una canasta con asfalto. Se necesitaba ingenio, inteligencia, determinación y obediencia.
Jocabed, convencida del plan de Dios no tiro a la suerte a su hijo, “en el nombre de Jesús”, y ya. Ella fue cautelosa, cuidadosa del proceso de traslado de su hijo, desde el río Nilo hasta su lugar de destino. Jocabed sabía que esta canasta solo sería transitoria para lo que se convertiría en el milagro de vida para aquel indefenso bebé.
La determinación de Jocabed, su planificación y su logística incluían a Miriam, su hija. ¡Qué curioso! Ella involucró a otra mujer que, crecería en fe, viendo como el corazón de una madre, guiado por Dios, puede marcar el rumbo de la historia de sus hijos. Solo debían confiar y creer. ¡Solo eso!
Jocabed lanzó a su hijo creyendo que Dios lo cuidaría más que nadie. Se desprendió de su bebé para abrazar el propósito de Dios, que era eterno, aunque este futuro no fuese en sus brazos. Ella confío más en Dios, que en sus propias fuerzas.
Un paso de fe, sin duda, para cualquier madre. Su obediencia y determinación le salvaría la vida al que un día sería el libertador del pueblo de Israel, a Moisés. Solo una madre con la visión de Dios para sus hijos, podía llevar a cabo esta maravillosa hazaña. ¡Glorioso!
En la próxima lectura podrás descubrir cinco consejos que nos regala Jocabed para nuestra maternidad.
Querido Dios: Quiero creer y confiar plenamente en Ti. Ser obediente, determinada, creativa y productiva para cumplir Tu Plan, tal como lo has diseñado para mi familia. Ayúdame a entregarte mis hijos con la confianza de que Tú cuidarás de ellos. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
Conocer el plan de Dios para nuestros hijos es uno de los retos que enfrentamos las madres. Jocabed, fue la madre de Moisés. Junto a ella aprenderemos como la obediencia y la determinación nos ayudarán a cumplir el plan de Dios. Una madre asombrosa, con una gran enseñanza, es lo que descubrirás en este plan de lectura. Sé la madre que tus hijos necesitan. ¿Aceptas el reto? Un abrazo, Solymar.
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Nos gustaría agradecer a Diariamente Mamá Podcast por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://campsite.bio/diariamentepodcast