El poder transformador de las EscriturasMuestra
La Palabra es Espíritu
El 6 de junio de 2020, un estudiante de medicina encontró un tesoro de un millón de dólares. Jack Stuef, nativo de Michigan, le había seguido la pista al misterioso tesoro enterrado de Forrest Fenn, un rico coleccionista de arte que había escondido una caja antigua llena de oro y joyas en algún lugar de las Montañas Rocosas. Después de años de análisis y semanas de búsqueda, Jack se volvió millonario en un instante.
¿Cómo encontró Jack exactamente lo que otros cientos de cazadores de tesoros no pudieron encontrar? Él explicó: «No quiero arruinar la búsqueda del tesoro diciendo que fue hecha para una especialización en inglés, pero se basa en la lectura a fondo de un texto… Entendí [a Fenn] leyendo sus palabras y escuchándolo hablar una y otra vez».
Cuando pienso en esas palabras, tengo que pensar en la conexión entre el tesoro eterno, las palabras de la Biblia y la obra del Espíritu. En el cierre épico de Juan capítulo 6, nuestro Salvador dijo: «las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida» (Juan 6:63).
Si la Biblia tuviera una lista de ingredientes en su contraportada, el Espíritu Santo sería el primero de la lista. Él llena las páginas de las Escrituras, quita las palabras de una página (o una pantalla) y las planta como semillas en su corazón y su mente. Debido a que Él obra con su divinidad, la Biblia te atrapa con un versículo, lo hace entrar en razón en el siguiente y le permite estar quieto y saber que Él es Dios antes de que tu devocional termine.
¿Le ha pasado?
A lo largo de los siglos, los humanos han buscado encontrar el tesoro de la verdad de Dios mediante rituales, peregrinaciones y vivencias en las cimas de las montañas. Pero nuestro Padre, en su misericordia, no escondió la verdad sobre su amor y la salvación en la cima del monte Everest.
Por el contrario, la «escondió» en Efesios. Y en Génesis. Y en los Salmos. Y en cada página de la Santa Biblia que está llena del Espíritu y se centra en Cristo. Entendemos que Jesús es un tesoro y cuánto nos valora cuando leemos sus palabras y escuchamos a nuestro Dios hablar con nosotros una y otra vez. A diferencia de Jack Stuef, quizás tú nunca te vuelvas millonario. Pero cada vez que sostienes las Escrituras en tus manos, eres verdaderamente rico.
«Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata» (Salmo 119:72).
Escrituras
Acerca de este Plan
La palabra de Dios es poderosa y cambia todo para quienes la estudian y creen en las buenas noticias que contiene. Es esencial para la vida tanto hoy como en la eternidad.
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Nos gustaría agradecer a Time of Grace Ministry por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://timeofgrace.org/espanol