Devocional 14 Días De Mujer a MujerMuestra

"Constancia: Un día a la vez"

Empezamos nuestro devocional confiadas en que Dios guiará cada uno de nuestros pasos, Dios tiene preparadas grandes cosas para nuestra vida. Sabemos que de Su mano todas las situaciones nos darán un aprendizaje y nos permitirán crecer día a día. Durante este devocional llegarán momentos difíciles, existirán días duros pero debemos recordar que vamos a esforzarnos un día a la vez, sin afanes ni presiones siendo perseverantes y determinadas. Hoy nos levantamos y declaramos que tomaremos este tiempo para escuchar la voz de Dios, meditar en Su palabra y fortalecer nuestro espíritu.

La constancia es fundamental para nuestra vida espiritual. Ser constantes depende de nosotras mismas y de cómo estamos administrando nuestro tiempo. La constancia es controlable y podemos aprender a manejarla a la manera de Dios.

Tres consejos prácticos para ejercer la constancia:
1. Involucra a Dios en tu proceso. La motivación es cambiante y la fuerza de voluntad es limitada. Por eso debes confiar en Dios, pedirle Su ayuda diaria y Su guía.
2. Ser constante es una decisión. Asegúrate que tu acción diaria, al inicio, sea pequeña y fácil de lograr.
3. Ojo con tus pensamientos. ¿Cuál es tu primer pensamiento? Recuerda que ¡tu mente es el campo de batalla! No permitas que los malos pensamientos frustren tu proceso de ser constante.

La constancia nos ayudará a lograr hábitos no solo espirituales sino de vida que permitirán que alcancemos nuestros sueños.
Es hora de poner estos tres consejos en práctica sin olvidar que es un día a la vez:

El ayer es historia y el mañana aún por construir.

¡Dios te bendiga!

Oración
Querido Dios, gracias por regalarme un día más de vida, por permitirme buscarte de corazón más cada día, anhelo tu presencia. Ayúdame a ser constante en cada tarea de mi vida y así cumplir los propósitos que tienes para mi. Te invito a ser parte de mi proceso y acepto recibir tus consejos diarios. Renuncio a las mentiras del enemigo y escojo creer la verdad de Tu palabra. Amén