Jesucristo El ProtagonistaMuestra

Nuestro "Yo" Es Obstáculo

La Palabra de Dios es clara cuando menciona en el libro de Romanos que nuestra carne siempre irá en oposición al Espíritu; por lo mismo, es necesario que el liderazgo que ejerce nuestro "yo" sea abatido para que la carne no tenga mayor protagonismo que el que debe tener Jesús en nosotros. ¿Por qué digo que no tenga mayor protagonismo? porque tenemos que ser realistas, mientras estemos en este mundo nuestra carne se intentará levantar una y otra vez, será nuestra principal batalla a vencer diariamente para que podamos ser regidos por el Espíritu que da vida a nuestro espíritu, y de esta forma podamos vivir en absoluto sometimiento a la voluntad de nuestro Salvador Jesús, y dar gloria a nuestro Padre, manifestando su carácter.

Nuestro "yo" es obstáculo para que nuestro espíritu se someta al Espíritu de Dios; sin embargo, la buena noticia es que contamos con la promesa de salir victoriosos mientras ejerzamos la identidad de Jesucristo. Ante Él nuestra carne no tiene poder, ante Él nuestro "yo" no tiene dominio ni autoridad. Ante Él nuestra carne no tiene protagonismo.

No es en nuestra fuerza, nunca lo podríamos lograr; sin embargo, tenemos la fuerza que nos da el poder del Espíritu de Dios, es con su poder como venceremos nuestra carne y así entonces podremos ver cumplido el propósito de nuestra salvación "ser conformados a la imagen y al carácter de Jesucristo, el protagonista de la vida nueva que nos ha dado".