Servir sin amorMuestra

Escoge a quien sirves

Tomar decisiones nunca ha sido fácil; pero es momento de definirnos porque en la vida o estamos de un lado o estamos del otro y no podemos servir a dos amos a la vez como lo menciona Mateo 6:24a “Nadie puede servir a dos amos. Pues odiará a uno y amará al otro; será leal a uno y despreciará al otro”. Efectivamente no podemos servir a Dios y servirnos a nosotros. Aunque es verdad no todos buscamos los reflectores humanos, si en algún momento lo has pensado, es tiempo de detenerte y tomar esa decisión molesta que te hará definirte o sirves a Dios o te sirves a ti.

Ser egocéntricos es una característica humana, desde pequeños aprendemos a decir “mio”, mi paleta, mi juguete, mi mamá, mi comida… Y cuando crecemos acostumbrados a apropiarnos decimos mi servicio, mis acciones, mi momento… pero la realidad es que no es nuestro, es para Él (Dios), y aunque será una decisión difícil de tomar, será la mejor. Servimos a Dios porque lo adoramos. Defraudamos a Dios o somos leales, amamos nuestros intereses o glorificamos a Dios a través de nuestras acciones, odiamos a Dios o amamos a Dios por medio de la obediencia, despreciamos a Dios o servimos su causa.

No es momento de titubeos, el mundo está indeciso, nosotros no podemos ser tibios o buscamos glorificar a Dios o sencillamente estamos del lado del mundo. El llamado de Jesús es abandonar todos nuestros amos y dejarlos sin titubear.

Reflexiona

¿A quién sirves en este momento? Si tu respuesta es Dios, ¿puedes afirmar que Dios está siendo glorificado?

Oración

Dios aviva nuestro corazón por el servicio genuino que no busca nuestros propios intereses sino los tuyos.