Una vida sana de verdad

No crean que dedicaré este devocional a la nutrición, ni a decirles que debemos comer vegetales y frutas, y que debemos dejar las frituras y las grasas, pues no solo esto nos lleva a una vida sana de verdad.

Hoy quiero que meditemos sobre una vida sana en Cristo Jesús.

Al igual que existe la pirámide de nutrición que nos muestra cuánto debemos comer y lo que debemos comer, tenemos el mejor ejemplo a seguir: «La vida de Jesús». No tenemos la disculpa de decir: «¡Lo que pasa es que yo no sé quién fue Jesús, qué hizo, ni cómo era». Lo cierto es que lo hemos leído a lo largo de los años en la Biblia, lo hemos visto en las películas. Incluso, hemos escuchado lo que hacía y, en realidad, es digno de imitar.

Dios nos está pidiendo que si queremos en verdad tener paz en nuestra vida, si queremos vivir de una manera saludable, debemos imitarlo en todo.

Veamos estos puntos clave que muestra el pasaje bíblico del día de hoy, y con el favor de Dios, propongámonos ser obedientes a su Palabra, pues estoy segura de que nos evitaremos dolores de cabeza, fracasos, dolor y, sobre todo, arrepentimiento.

• Jesús nos muestra que es verdadero: El paso de los años no ha impedido que su Palabra se deje de cumplir al pie de la letra y que permanezca para siempre. Todo pasa menos su Palabra. Además, nos ha demostrado que es un Dios sincero y bueno que se preocupa por nuestra vida y por darnos lo mejor cada día.
• Jesús es respetable y justo: Mientras más le conocemos, más se gana nuestro respeto y nuestra admiración, pues nos permite ver con claridad cuánto ha hecho por la humanidad no solo con sus milagros, sino siendo justo y recto.
• Jesús es digno de nuestro elogio: Nunca vendió sus ideas. Fue obediente hasta su muerte, se sacrificó por todos nosotros, pues siendo el Hijo de Dios, vino a servir. lo tentaron en todo, pero jamás pecó.

Sé que la vida de Jesús es hermosa y muy difícil de alcanzar. Aun así, te puedo asegurar que si nos proponemos ser personas buenas y tratamos a diario de ser honrados, sinceros, justos y respetables, Dios desde el cielo nos honrará día a día y disfrutaremos sus bendiciones.

¡Ánimo, sí se puede! Todos podemos cambiar si queremos.

Ahora, te propongo que este año vivamos una vida espiritualmente saludable.