En yugo desigualMuestra

¿Cuál es tu rol?

Estar casado con alguien que no es cristiano no es fácil, aunque estar con alguien hostil hacia el cristianismo es realmente complicado. En un punto de tu vida tú y tu cónyuge se comprometieron delante Dios a pasar todas sus vidas unidos en matrimonio. ¿Acaso significa que estás sentenciado a una vida donde ambos están desequilibrados espiritualmente? Retrocedamos antes de responder a esa pregunta.

La mayoría de las parejas que están en yugo desigual cae en una de estas categorías:

1. Ninguno era creyente antes de casarse, ahora uno lo es y el otro no.
2. Uno se casó con un no creyente con la esperanza de que eso cambiaría.
3. Uno se casó pensando que el otro era un creyente, pero descubrió en algún momento en el matrimonio que su cónyuge no era cristiano, y ni siquiera simpatizante.

Miremos tu rol como cristiano en estas categorías:

1. No es inusual que Dios traiga a la fe a uno antes que al otro. Puede que tú seas la razón por la que tu cónyuge esté abierto a una relación con Jesús. Tu rol es esperar en Dios y orar por tu cónyuge.
2. Esta es una situación difícil aunque estabas consciente de ella cuando entraste al matrimonio. Es fácil presionar al cónyuge con impaciencia, pero basado en mi experiencia, la presión no funciona. Antes bien, sé un ejemplo vivo de Jesús. Sé que no eres perfecto/a, pero vive a diario siguiéndole. Dale tiempo a Dios para trabajar en tu cónyuge, puede que tome años, pero tu rol es ser un testigo real y orar fervientemente.
3. Esto puede ser complicado, especialmente si fuiste engañado. A parte de estar en un yugo desigual, hay un tema de desconfianza. Lo primero que debes hacer es perdonar, inclusive si no ves cambios en tu cónyuge. El perdón abre tu corazón al liderazgo del Señor. Después tu rol es ser un ejemplo de lo que vives a diario con el Señor, y orar fervientemente por tu cónyuge.

Ahora, de vuelta a la pregunta: ¿Estás sentenciado a una vida donde ambos están desequilibrados espiritualmente? Puede que la respuesta sea sí, pero la manera que permites que Dios obre en ti, y cómo le respondes a Él, cambiará una vida de perdición en una de servicio al Señor. Es tarea de Dios cambiar el corazón de tu cónyuge. Tu tarea es amarle, ser el cónyuge que Dios quiere que seas, y vivir en obediencia y dependencia de Él y de Su Palabra.

El Desafío de Hoy:

Comienza a orar cada día para que el corazón de tu cónyuge se ablande al mensaje de Cristo.

Profundiza:

¿Cómo llevas, según tú, una vida de obediencia y dependencia del Señor? Significa que cada día haces lo que Dios quiere que hagas sin importar lo que tu cónyuge haga. Toma un tiempo en oración mientras consideras dar este paso.