Decisiones Muestra

Cómo tomar buenas decisiones

¿Elegiremos bendiciones o maldiciones? ¿Cómo podemos hacer buenas elecciones? He aquí siete pasos:

1. Medita en las Escrituras. Sumerge tu mente en la voluntad revelada de Dios. Dios promete que si meditamos en su ley día y noche tendremos éxito.

2. Obedece a Dios en las formas que ya sabes que debes obedecerle. No esperes una nueva palabra de Dios si no has obedecido la última palabra de Dios.

3. Consulta a las personas y fuentes adecuadas. Dios nos ha dado esta capacidad de elegir y decidir. Puedes elegir a tus amigos. Si estás con los equivocados, elige otros. Elige a los amigos correctos.

4. Haz tus deberes. Si vas a comprar un coche o un barco, conoce lo que estás haciendo. Si vas a comprar una casa, haz los deberes.

5. Considera las consecuencias a largo plazo de tu decisión. ¿Qué significará dentro de seis meses? ¿Qué significará dentro de un año?

6. Orar. Pide ayuda a Dios. Practica la humildad y dile a Dios: «Te necesito». El sumo sacerdote tenía en su pectoral piedras preciosas que representaban a todas las tribus de Israel. Detrás de estas piedras había un bolsillo. En él, había dos piedras, una negra y otra blanca, llamadas el Urim y el Tumim. Cuando había que tomar una decisión importante, el pueblo de Israel se dirigía al sumo sacerdote. Le preguntaban: «¿Es un sí o un no? ¿Debemos ir o no?». El sumo sacerdote se metía la mano en el bolsillo y sacaba el Urim o el Tumim. Uno significaba sí; el otro, no. El pueblo confiaba en que Dios les daría la respuesta correcta a través del sacerdote. Tú tienes un sacerdote para siempre en Jesucristo. Él te representa ante el Padre ahora mismo. Cuando tengas que tomar una decisión, acude a él y ora: «Señor, ¿es sí o no? Abre la puerta correcta y cierra todas las demás puertas. Confío en ti en este momento. Ayúdame a tomar la decisión correcta».

7. Sé sensible al Espíritu Santo. Dios está hablando en todo momento; escucha lo que dice la Palabra de Dios. Confía en Dios con todo tu corazón. No intentes resolver todo por tu cuenta. Escucha la voz de Dios en todo lo que hagas, dondequiera que vayas. Él es quien te mantendrá en el camino y te ayudará a tomar buenas decisiones.