Biblia Anual (Mes 3)Muestra

Vive para agradar a Dios

Antes de conocer a Jesús, todos vivíamos para agradar al pecado, obedecíamos a las concupiscencias de la carne, éramos esclavos de nuestros deseos pecaminosos. Ahora en Cristo, nuestra vida debería ser diferente, pues ya no somos siervos del pecado, sino de Dios, quien nos amó, entregó a su hijo Jesús en la cruz y nos salvó, quizá muchos de nosotros aún batallamos con el pecado en nuestra vida. ¿No has podido dejar de pecar? ¿Hay algún pecado insistente en tu vida? Pablo decía que no era él quien hacía aquello, sino el pecado que moraba en él. ¿Entonces como es que puedo dejar de pecar?

Romanos 8:5-6 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que piensan en el Espíritu en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero ocuparse del Espíritu es vida y paz.

Sí andamos en la carne obedeceremos a sus deseos, pero si buscamos vivir en el Espíritu hacemos morir las obras de la carne.

Vivir en el Espíritu es hacer aquellas cosas espirituales; oración diaria, lectura de la palabra, ayuno, asistir a la iglesia, escuchar alabanzas, esto es vivir en el Espíritu, es decir, dejas de satisfacer los deseos de tu carne (vicios, adulterio, mentiras, orgías, brujería, idolatría, etc.) para buscar a Dios y como resultado vivir una vida santa y apartada para él.

Concupiscencias: apetitos, deseos, pasiones y placeres, cualidad del que desea o anhela algo ardientemente.

En el libro de los Salmos capitulo 85 nos habla de las bendiciones de habitar en la casa de Dios, y depositar en Dios nuestra confianza, dice la escritura Salmos 85:7 Irán de poder en poder, verán a Dios en Sion.

No es por nuestras fuerzas o sabiduría que podemos tener poder, logros o bendiciones, es Dios obrando a favor nuestro por el hecho de anhelar estar en su casa y permanecer en su presencia.

Poder: garantía para hacer algo o derecho de hacerlo, habilidad o fuerza, autoridad derivada o conferida.