El Señor es mi PASTOR

Como muchos otros, este amado salmo lleva el título simple Salmo de David. La mayoría lo considera un salmo de la madurez de David, pero con un vivo recuerdo de su juventud como pastor. Charles Spurgeon escribió: “Me gusta recordar el hecho de que este salmo fue escrito por David, probablemente cuando era rey. Había sido pastor y no se avergonzaba de su anterior ocupación”.

Jehová es mi pastor: David pensaba en Dios, el Dios de Israel; al pensar en su relación con Dios, hizo la analogía de un pastor y sus ovejas. Dios era como un Pastor para David, y David era como una oveja para Dios.

En cierto sentido, esto no era inusual. Hay otras referencias a esta analogía entre la deidad y sus seguidores en las antiguas culturas del Medio Oriente. “En todo el pensamiento oriental, y muy definitivamente en la literatura bíblica, un rey es un pastor”. (Morgan)

También es una idea familiar en toda la biblia que el Señor es un pastor para su pueblo. La idea comienza ya en el Libro de Génesis, donde Jacob llamó al Señor el Pastor, la Roca de Israel (Génesis 49:24).

·En el Salmo 28:9, David invitó al Señor a pastorear al pueblo de Israel y a sustentarlos para siempre. El Salmo 89:1 también ve al Señor como Pastor de Israel, tú que pastoreas como a ovejas a José.

·Eclesiastés 12:11 habla de las palabras de los sabios, las cuales son como aguijones, dadas por un pastor.

·Isaías 40:11 nos dice que el Señor como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos. Miqueas 7:14 invita al Señor a apacentar a su pueblo con su cayado… como en el tiempo pasado.

·Zacarías 13:7 habla del Mesías como el Pastor que será herido y las ovejas esparcidas (citado en Mateo 26:31).

·En Juan 10:11 y 10:14, Jesús habló claramente de sí mismo como el buen pastor, que da su vida por las ovejas y que puede decir: “Conozco mis ovejas, y las mías me conocen”. Hebreos 13:20 habla de Jesús como el gran pastor de las ovejas, y 1 Pedro 2:25 llama a Jesús el Pastor y Obispo de vuestras almas, y 1 Pedro 5:4 llama a Jesús el Príncipe de los Pastores.

·La idea de Jesús como el Buen Pastor era preciosa para los primeros cristianos. Uno de los temas más comunes en las pinturas de las catacumbas era Jesús como pastor, con un cordero sobre sus hombros.

Es notable que el Señor se llamara a sí mismo nuestro pastor. “En Israel, como en otras sociedades antiguas, el trabajo de un pastor se consideraba el más bajo de todos los trabajos. Si una familia necesitaba un pastor, siempre era el hijo menor, como David, quien recibía esta desagradable asignación… Jehová ha elegido ser nuestro pastor, dice David. El gran Dios del universo se ha inclinado para cuidarnos a ti y a mí”. (Boice)

Basado en el Comentario bíblico de Enduring Word de David Guzik.